miércoles, 9 de octubre de 2013

octubre 09, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de octubre.- Arturo Javier Marina Othón, responsable de las obras de la escultura de "El Caballito", informó que debido a las acusaciones que pesan en su contra, recurrirá a los tribunales para demostrar que su procedimiento fue el correcto, tras el anuncio de una denuncia ante la Procuraduría capitalina por parte del Gobierno del Distrito Federal.

Así quedó "El Caballito" tras los trabajos de los restauradores con más de 15 años de experiencia (foto: El Universal)

En un comunicado, aseguró que la restauración de ese monumento inició el 10 de septiembre con el "conocimiento cabal de todas las autoridades del Gobierno del DF involucradas" y sin haberle solicitado una fianza.

"El Caballito" antes de la frustrada restauración (foto: JMRM / Archivo)

El restaurador se defendió y dijo que "no somos una empresa improvisada, contamos con más de 15 años de experiencia en el ramo de la restauración de monumentos, ya sean bronces, placas conmemorativas, mármoles y canteras. Contamos con un equipo experimentado en cada ramo; excelentes cantereros, marmoleros, especialistas en soldaduras en bronce y expertos en aplicación de pátina. Somos asesorados y avalados por ilustres escultores y galardonados fundidores".

El representante de la empresa "Marina, restauración de monumentos", lamentó que quiera culparse al proveedor de los servicios de no haber conseguido los permisos necesarios ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pues eso es responsabilidad de las autoridades.

"Se pretende hacer creer que tal obligación recae en el prestador de servicios; como prueba de lo contrario, citaré el Artículo 7º de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos y Culturales: Las Autoridades de los Estados, Territorios y Municipios cuando decidan restaurar y conservar los monumentos arqueológicos e históricos, lo harán siempre, previo permiso y bajo la dirección del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Por lo que corresponde a las autoridades solicitar y obtener previamente los permisos ante el INAH. Esta obligación no se aplica a los prestadores de servicios", aclaró.

Agregó que "la mala o nula comunicación y coordinación entre las diferentes instancias gubernamentales, genera confusiones y encontradas opiniones. Ni duda cabe que este asunto se ha politizado; llegarán seguramente a un salomónico acuerdo. Por lo pronto el hilo se rompe por lo más delgado; condenar a priori al particular prestador de servicios en estado indefenso."

Marina Othón aseguró que la obra le fue encargada por al Autoridad del Centro Histórico para ser realizada entre septiembre y octubre por un monto de 240 mil pesos.

Explicó que "debido a la premura para entregar los concluidos los trabajos; a la pobre disponibilidad económica; a la falta de anticipo (me fue negado el 50%); a la confianza por los anteriores trabajos realizados, se me indicó en la Secretaría del Gobierno del DF que no me sería solicitada fianza alguna".

Además, detalló que "el día 10 de septiembre comenzamos los trabajos de la primer fase de limpieza de la obra (con conocimiento cabal de todas las autoridades del Gobierno del DF involucradas); aplicando manualmente ácido nítrico rebajado, 70% agua, 30% ácido, para retirar la espesa capa de sarro, grasas, restos de pintura, impurezas y demás elementos que en una ciudad como ésta el tiempo va formando en el bronce". (Abida Ventura y Rafael Montes para El Universal)

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