domingo, 27 de octubre de 2013

octubre 27, 2013
MÉXICO, 27 de octubre.- Para Alfredo Castillo Cervantes su objetivo al frente de la Profeco es claro: dejar de simular para poner en orden a los comercios y servicios del país, haciendo cumplir cabalmente la ley, con todas las herramientas a su alcance, en beneficio de los consumidores.



Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y aficionado al tenis desde niño, el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) saltó a la cancha de la institución, desde donde ha puesto en jaque a más de una compañía.

Y es que, desde su llegada a la dependencia, las acciones llevadas a cabo, como sanciones a grandes empresas y prestadores de servicios, han venido a cambiar para muchos la percepción que tenían de la Profeco, la cual ha tomado un papel más relevante en la protección de los derechos de los consumidores.

"Cuando llegué, varias personas me preguntaban que por qué Profeco, se veía como una institución que sólo hacia conciliaciones de que, por ejemplo, la licuadora estaba mal, que no tenía dientes, la gente y el propio personal tenía esa idea, pero para mí era una gran oportunidad", afirmó en entrevista con Notimex.

El procurador señala que uno de sus objetivos es hacer de la dependencia una de las instituciones más reconocidas en México, por lo que un punto fundamental fue precisar si solamente iban a simular que hacían su trabajo, o en realidad iban a poner en orden al empresariado y a hacer cumplir la ley.

"En la final Cruz Azul-América mande a alguien a revisar el tema y me dijo que no pusieron precios en los estacionamientos, lo que daba para suspender de manera preventiva o hacer el señalamiento y pues cerramos las puertas. Seguimos con los hoteles, las agencias, bares, publicidad, Bimbo, McDonald´s, gaseras, gasolineras y ahí fue cuando se vio que iba en serio", expresó.

Desde entonces, Alfredo Castillo ha mostrado tener reflejos para jugar a rebote rápido en la cancha y a pesar de los escasos recursos, ya más de una empresa ha buscado caminar de la mano con la Profeco, a fin de evitar una sanción, pero sobre todo, para no ver dañada su imagen o reputación ante los consumidores.

Sin embargo, el trabajo no ha sido fácil durante estos meses, ya que, explica, son una institución muy pequeña y los factores de producción son muchos, pero todos tienen que ver con que una persona compre, por lo que es desproporcionado que al consumidor nadie lo proteja.

"Un consumidor fortalecido e informado hace temblar a quien sea, pero México todavía no tiene esa cultura; ya que hacen falta más recursos, modificar ciertos procedimientos, no estamos chimuelos, pero no nos caería nada mal unos colmillos más afilados", destacó.

Padre de familia, deportista los fines de semana y Procurador del Consumidor las 24 horas del día, Castillo Cervantes destaca que si bien antes nadie hacia caso a la Profeco y todos hacían lo que querían, en este momento cuenta con una buena racha de partidos ganados, por la cual van a seguir y reforzar su trabajo.

En este sentido, consideró que es necesario dar más facultades a la dependencia, que no sólo pueda suspender la práctica comercial, sino también la actividad comercial, a fin de poder suspender servicios o cerrar establecimientos más tiempo del que tarden en subsanar la irregularidad.

"Debemos de contar con un presupuesto mayor, con eso tendríamos un mejor campo de acción, poder estar en todo el país con una capacidad de reacción, revisiones más estrictas, validación de sellos de manera permanente y modernizar la institución", señaló.

Asimismo, consideró importante hacer un código del consumidor que regule los procedimientos, haga más fáciles los temas de las revisiones, más fuertes las sanciones y que puedan ser de formas definitivas, ya que ahora se pueden suspender solo negocios hasta que subsanen la falta.

A pesar de esto, las multas impuestas han crecido de forma importante, ya que el año pasado las sanciones que no tenían que ver con publicidad engañosa fueron por 8.9 millones de pesos y en tan sólo tres meses al frente de la Procuraduría llevaban alrededor 64 millones de pesos y prevén terminar el año con 150 millones.

Castillo Cervantes explica que más que la multa monetaria, lo que les duele a las empresas es el golpe a su imagen, lo que ha generado que más de una compañía toque las puertas de la dependencia para recibir asesoría sobre sus prácticas comerciales o publicitarias.

"Las empresas ahora quieren irse de la mano con la Profeco, quieren que las ayudemos a regularse, hay con las que estamos viendo sus cláusulas, antes no les importaba. Las transnacionales se cuidan mucho más que las mexicanas, ya que el corporativo no puede permitirse que una autoridad los sancione", indicó.

El procurador destacó que iniciativas como la aplicación "Profeco en 30", con la que los consumidores podrán denunciar a través de dispositivos móviles prácticas irregulares de restaurantes y bares ubicados en avenida de los Insurgentes del Distrito Federal, en un principio, se busca acercar la institución a las personas.

"Lo que queremos es que a diferencia de lo que ha ocurrido siempre, que la gente tiene que acudir, ahora quien acuda sea la autoridad, es una apuesta arriesgada pero interesante, si se pudiera mandar por una App un mensaje para que viniera el verificador habría menos abusos por parte de los establecimientos", concluyó. (Notimex)

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