viernes, 13 de septiembre de 2013

septiembre 13, 2013
ZAMBOANGA, Filipinas, 13 de septiembre.- Fray Michael Ufana, uno de los casi 100 rehenes tomados por los rebeldes del “Moro National Liberation Front” (MNLF) en Zamboanga, ha sido liberado esta mañana y está sano y salvo. Lo confirma el Padre Sebastiano D'Ambra, misionero del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (PIME), director del Centro para el diálogo islámico-cristiano “Silsilah” en Zamboanga, una ciudad en el extremo sur de la isla de Mindanao (sur de Filipinas).

Una madre besa a su bebé mientras espera ser evacuada de una zona peligrosa de Zamboanga, en Mindanao.
Las autoridades filipinas están negociando con los rebeldes musulmanes que tienen secuestradas a unas 100 personas para poner fin a la disputa que ya cumple cinco días. Al mismo tiempo, el presidente Benigno Aquino III advirtió de nuevo a la guerrilla que su gobierno no dudará en usar la fuerza. (European Pressphoto Agency)(clic a las imágenes)

Mientras tanto, la crisis que se ha prolongado durante cinco días, después de que unos 180 guerrilleros del MNLF hayan atacado y ocupado un barrio de la ciudad, secuestrando a civiles y usándolos como escudos humanos, se está encaminando hacia la resolución. De hecho, “el ejército, que ya rodeaba a los rebeldes, ha anunciado un ataque que ha comenzado esta mañana a las 12”, dice el misionero, que agrega: “Esperamos que el uso de la fuerza no se traduzca en una masacre”. La acción militar se ha decidido hoy en Zamboanga, al mismo tiempo de la llegada del Presidente Benigno Aquino Jr.

Aquino visitó el viernes a los militares y a algunas de las 15 mil personas desplazadas de la ciudad de Zamboanga, donde alrededor de 200 combatientes de una facción musulmana rebelde secuestraron varias comunidades costeras y utilizan a los habitantes como escudos humanos. Alrededor de una docena de personas han muerto hasta ahora mientras las tropas acordonaron la zona y han intercambiado fuego con los rebeldes.

El área de la ciudad ocupada por los rebeldes, donde también está la casa de la comunidad religiosa católica Emaús, se ha visto sometida varias veces al fuego: “Es probable que sea una estrategia de la guerrilla para tratar de huir”, explica el p. D'Ambra.

Mientras tanto, el Centro “Sisilah” (que significa “cadena”) está ayudando a muchas familias desplazadas, dado que “un barrio de la ciudad ha sido completamente evacuado por las fuerzas militares y al menos 2,000 familias están temporalmente sin hogar”.

“La gente está muy cansada. Este episodio de violencia ha provocado nuevas tensiones en la sociedad. Hemos notado que los ánimos están divididos e incluso todo el trabajo paciente de diálogo entre la guerrilla y el gobierno en Manila ahora debe ser considerado. Hay que empezar todo de nuevo. Tenemos que trabajar el doble de trabajo, con la gracia de Dios y su bendición”, concluye el misionero.(Agencia Fides)

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