martes, 24 de septiembre de 2013

septiembre 24, 2013
COAHUILA, 24 de septiembre.- Procedente de Monterrey, Nuevo León, Dylan un niño de 5 años llegó con su papá de visita a casa de sus tíos en el ejido "Santa Mónica" de este municipio de San Pedro de las Colonias, Coahuila, y andaba curioseando cuando en el cuarto debajo de la cama encontró un rifle calibre 22 con el que se puso a jugar, lo disparó y accidentalmente mató a su primito Eduardo Valentín de nueve meses quien estaba durmiendo en la cama de sus padres.

La tragedia que conmocionó a la opinión pública ocurrió el sábado por la mañana en la comunidad rural que se localiza en la Región Laguna de Coahuila, informó a "EL UNIVERSAL" la delegada de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en región Laguna II, Aiko Miyuki Rendón Carreón.

De acuerdo con el parte informativo, los padres de ambos menores se encontraban afuera de la casa preparándose para ir a la labor, a la pizca (al parecer de algodón), mientras la mamá del bebé estaba en la cocina para darles de almorzar a los niños, cuando escucharon el disparo y corrieron al cuarto y se percataron de la desgracia.

Inmediatamente, en un vehículo particular se llevaron al bebé al Hospital General de Zona Número 21 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el municipio vecino de Francisco I. Madero, donde los médicos ya no pudieron hacer nada por el pequeñito porque Eduardo Valentín llegó sin vida al nosocomio.

Los padres dijeron que se había caído de la cama, pero los doctores desmintieron esa versión porque el bebé presentaba el disparo en la cabeza, y les dijeron que su hijo falleció al momento de recibir el impacto de la bala que le perforó el cráneo y le salió por el ojito izquierdo.

Rendón Carreón dijo que la PGJE abrió una investigación para esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades, y en las primeras pesquisas el papá de Eduardo Valentín reveló que el tenía el arma por seguridad, porque es el encargado de la cantina del ejido "San Mónica".

Al lugar acudieron elementos de la Policía Estatal, municipal y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) que también tomó conocimiento para coadyuvar en las indagaciones.

En tanto que el cuerpecito del infortunado fue enviado al Servicio Médico Forense (SEMEFO) donde se le practicó la necropsia de Ley.

Hasta el momento no se ha determinado la responsabilidad por omisión del dueño del arma. (El Universal)

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