jueves, 12 de septiembre de 2013

septiembre 12, 2013
Un bombero se moja la cabeza mientras sus compañeros intentan apagar un incendio en la caótica ciudad de Zamboanga. (European Pressphoto Agency)

ZAMBOANGA, Filipinas, 12 de septiembre.- Mientras los grupos rebeldes del “Moro National Liberation Front” (MNLF) están atrincherados desde hace tres días en un barrio de Zamboanga, en la isla de Mindanao, con unos 200 rehenes, entre ellos el padre Michael Ofana, sacerdote diocesano, más de 15 mil desplazados y ciudadanos de Zamboanga, cristianos y musulmanes, se han reunido hoy en el estadio de la ciudad para una gran manifestación de oración, para dar a la nación un mensaje paz.


“Queremos mostrar a la población y a las autoridades que los musulmanes y los cristianos hoy están unidos en estos momentos difíciles para Zamboanga. Esto no es una guerra de religión”, dice el padre Sebastiano D'Ambra, misionero del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras, fundador del movimiento para el diálogo islámico-cristiano “Sisilah” (que significa “cadena”), que trabaja en Zamboanga desde hace más de 25 años.

El grupo rebelde (MNLF), liderado por Nur Misuari, tomó rehenes desde el lunes, en desafío al gobierno. Usan a los cautivos como escudos humanos frente al Ejército.

El evento, organizado por “Sisilah”, en colaboración con el foro interreligioso “Interfaith Council of Leaders”, tiene la intención de pedir a los guerrilleros y al ejército filipino, que les rodea, “un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes, una negociación basada en el diálogo”.

“La situación es grave. En cualquier momento podría precipitarse todo. Más de 2,000 familias han sido evacuadas, y un barrio de la ciudad podría ser destruido. Esperamos una solución pacífica y hoy nos hemos reunido aquí para esto”, comenta el misionero. Sobre las razones del nuevo brote de violencia, el padre D'Ambra explica: “El MNLF del histórico líder Nur Misuari se ha sentido excluido de las conversaciones de paz entre el Gobierno y el otro grupo rebelde, el Moro Islamic Liberation Front (MILF). Hoy, el MNLF reclama una presencia y pretende imponerse por la fuerza. El temor es que el grupo terrorista Abu Sayyaf se pueda aprovechar de esta fase de crisis y promover actos terroristas, empeorando la situación”.


Para empeorar la situación, los soldados disparan  indiscriminadamente y los cadáveres son enterrados en la tarde, según la tradición musulmana, lo que no deja tiempo para la identificación.

El padre D'Ambra dirige un pensamiento especial “a los rehenes en poder de los rebeldes, a los familiares preocupados por sus seres queridos secuestrados, al padre Michael Ofana, sacerdote filipino, que es uno de los presos. Esperamos poder abrazar a todos muy pronto, sanos y salvos. Les encomendamos a la protección de la Virgen María”. (Agencia Fides)

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