lunes, 16 de septiembre de 2013

septiembre 16, 2013
ITALIA, 16 de septiembre.- Poco después de las seis de la mañana de hoy han comenzado las operaciones para enderezar el «Costa Concordia», el gigantesco crucero que quedó varado frente a las costas de la isla del Giglio, en aguas de la región italiana de Toscana, el 13 de enero de 2012.

Los rescatistas aún esperan encontrar a dos desaparecidos que se cree están en la parte profunda donde se recostó la embarcación, según informa CNN (Fot: AFP)

Las tareas para la vuelta a la posición vertical del crucero, que se prevé que se extienda más allá de las doce horas previstas en un principio, comenzaron este lunes a las 09.00 hora local (07.00 GMT) con tres horas de retraso con respecto a lo previsto por las malas condiciones meteorológicas y del mar registradas durante la noche.

Poco más de tres horas tardó el barco en separarse de la roca sobre la que había quedado tumbado tras el naufragio

"La nave está completamente separada de las rocas. La tensión tiende a disminuir como esperábamos. Estamos en fase de tracción y control. Aún tenemos mucho camino por hacer si no ocurre nada inesperado", dijo en rueda de prensa Sergio Girotto, uno de los responsables del proyecto.

En una posterior rueda de prensa, el jefe de la Protección Civil, Franco Gabrielli, informó de que los trabajos se alargarían, en principio, incluso más, durante toda la noche, hasta el amanecer de mañana, si todo va bien, después de que estuvieran parados durante una hora esta tarde por la revisión de algunos cables.

En la nave viajaban 4.229 personas, entre turistas y trabajadores, 32 de las cuales perdieron la vida en el incidente. Se espera que con la complicada operación que empieza hoy se puedan recuperar los cuerpos de dos de los fallecidos que nunca fueron hallados.

La maniobra para enderezar el «Costa Concordia» supone un desafío tecnológico nunca antes probado, en el que participan cientos de ingenieros y otros técnicos, tanto italianos como de otros países. El coste de la operación ascenderá a más de 600 millones de euros. Se trata de salvar los restos de una nave más grande que el «Titanic» en uno de los ecosistemas marinos más delicados del Mediterráneo. Tras el desastre del hundimiento parcial del barco y la esperpéntica actuación del capitán, Francesco Schettino, quien abandonó la nave cuando todavía quedaban pasajeros a bordo, Italia considera la operación una oportunidad para restañar su imagen internacional.

Más de 350 periodistas de todo el mundo se han acreditado para ser testigos desde la isla del Giglio de cómo se consigue rotar la nave, la primera fase de una serie de trabajos que se prolongarán durante un año y cuyo coste supera los 600 millones de euros. Serán las compañías de seguros y la naviera, Costa Cruceros, las encargadas de pagar la factura. La nave se enderezará ahora para evitar que pase un tercer invierno apoyada sobre su flanco derecho en el fondo marino de la isla del Giglio. Según explicó Franco Gabrielli, jefe de la Protección Civil italiana, el «Costa Concordia» se rotará porque los ingenieros que trabajan en la retirada de la nave consideraban que el mal tiempo de los próximos meses obliga a hacer la maniobra en septiembre, pues si se espera más aumenta el riesgo de que el casco se parta al enderezarlo. Una vez que se haya logrado poner el crucero a flote, será transportado al puerto de Piombino para ser desguazado. Aunque podría ser trasladado a otro puerto en el caso de que sus instalaciones no fueran suficientes para sus 300 metros de eslora. Hay varios puertos italianos interesados, como Nápoles o Palermo, que pugnan por hacerse con la enorme carga de trabajo que supondría el desmantelamiento.

Una misión plagada de incógnitas

Todo estaba ayer preparado para empezar esta mañana las labores de remolque del «Costa Concordia» y la tensión podía masticarse en el aire. «Se han realizado todas las pruebas pero actuaremos con cautela. Existen aspectos de la nave que desconocemos», explicó ayer al «Corriere della Sera», el jefe del proyecto, el surafricano Nick Sloane. Más de 500 personas de 26 países del mundo participan en esta operación que terminará con el símbolo de una tragedia humana que acabó con 32 vídas, entre ellas la del español Guillermo Gual. Dos cuerpos siguen sin hallarse. (Dario Menor para La Razón)