miércoles, 11 de septiembre de 2013

septiembre 11, 2013
ROMA, 11 de septiembre.- El Papa Francisco pronunció ayer un discurso de unos 20 minutos frente a los refugiados del Centro Astalli de Roma, a quienes agradeció porque "defienden su dignidad, pero también nuestra dignidad humana".

"No alcanza con darles un sandwich, sino que es preciso acompañar a estas personas", agregó el Papa en su discurso. "¿Para qué le sirven a la Iglesia los conventos cerrados? Los conventos deberían servir a la carne de Cristo, y los refugiados son carne de Cristo", dijo también Francisco.

El Papa Francisco saluda a los refugiados que hacen cola para conseguir comida en el Centro Astalli de Roma, con motivo de su visita privada al Servicio Jesuita para los Refugiados. (AP)

Al entrar en el Centro Astalli, donde los jesuitas reciben refugiados, el Papa se acercó y bendijo a una mujer embarazada, además de otras personas alojadas en el lugar.

Al salir del edificio que alberga el Centro Astalli y la contigua casa de los jesuitas, Francisco fue largamente aplaudido por la multitud. (Clarín)     

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