ROMA, 11 de septiembre.- El Papa Francisco pronunció ayer un discurso de unos 20 minutos frente a los refugiados del Centro Astalli de Roma, a quienes agradeció porque "defienden su dignidad, pero también nuestra dignidad humana".
"No alcanza con darles un sandwich, sino que es preciso acompañar a estas personas", agregó el Papa en su discurso. "¿Para qué le sirven a la Iglesia los conventos cerrados? Los conventos deberían servir a la carne de Cristo, y los refugiados son carne de Cristo", dijo también Francisco.
El Papa Francisco saluda a los refugiados que hacen cola para conseguir comida en el Centro Astalli de Roma, con motivo de su visita privada al Servicio Jesuita para los Refugiados. (AP) |
Al entrar en el Centro Astalli, donde los jesuitas reciben refugiados, el Papa se acercó y bendijo a una mujer embarazada, además de otras personas alojadas en el lugar.
Al salir del edificio que alberga el Centro Astalli y la contigua casa de los jesuitas, Francisco fue largamente aplaudido por la multitud. (Clarín)
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