Abundan saqueo y cocodrilos en Acapulco

CIUDAD DE MÉXICO, 18 de septiembre.- La presidenta de la Asociación de Hoteleros y Empresas de Acapulco, Mariberta Medina, informó que en la zona de Diamante hubo saqueos el martes en algunas tiendas que sufrieron fuertes inundaciones.

"Desgraciadamente no fue un saqueo de necesidad de alimentos, sino de robar por robar. Se robaron hasta el adorno de Halloween, el adorno de Navidad, se robaron hasta el motor de una lancha o agendas, cosas que no ocupan para esta emergencia", dijo en una entrevista de radio.

Pobladores se quejan de que los comercios subieron los precios aprovechando la contingencia, y que la oferta de alimentos y bienes bajó dramáticamente porque hubo compras nerviosas hasta el martes.

Los cuantiosos daños que sufrieron varios estados por las lluvias podrían poner presión sobre las finanzas públicas, en momentos en que la economía mexicana se encuentra en una fase de desaceleración y el Gobierno prevé que tendrá déficit en las cuentas federales en 2013.

Anoche, el agua había comenzado a bajar. Los habitantes de la Zona Renacimiento, Puerto Marqués y Princess pasaban en camionetas, algunas de lujo, para robar enseres.

La gente abrió un boquete en la puerta para poder entrar. Lo hacen agachados. Adentro, se mueven en la penumbra. Remueven entre el agua. Usan plataformas para mover refrigeradores.

Hay quienes llevan las manos repletas de artículos electrónicos, ropa mojada, mesas, sillas, canastos. Ya no había comida.

Alguna gente al ver las cámaras de televisión, a los fotógrafos, se cubren el rostro con la ropa o con los brazos, pero no se detienen. Otros ni tratan de taparse. El saqueo duró toda la noche.

Sólo en Guerrero, el gobernador del estado, Ángel Aguirre, calculó el martes en unos 5,000 millones de pesos los daños en carreteras, puentes y miles de viviendas.

"Manuel", que se convirtió nuevamente en tormenta tropical, va rumbo a la península de Baja California, en el noroeste del país, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.

En medio de la tragedia, los habitantes del puerto registran con sus teléfonos y otros dispositivos las dificultades a las que se enfrentan, entre ellas, el escape de los cocodrilos en una laguna de Puerto Marqués, lo que complicó las tareas de rescate.(El Economista / El Universal)