martes, 20 de agosto de 2013

agosto 20, 2013
ISLAMABAD, Pakistán, 20 de agosto.- Una corte de Pakistán presentó cargos en contra del expresidente Pervez Musharraf por la muerte de la líder opositora Benazir Bhutto. Es la primera vez que un exjefe militar de la nación, ubicada en el sur de Asia, es acusado formalmente.

Bhutto, la primera mujer primer ministro, fue asesinada a tiros en un ataque suicida en diciembre de 2007, poco después de que regresó a Pakistán de un exilio autoimpuesto, para participar en las elecciones generales de 2008, cuando Musharraf era presidente.

Pervez Musharraf, que regresó a Pakistán a finales de marzo tras cuatro años de exilio, se vio inmerso rápidamente en varios casos, sobre todo la muerte de Bhutto (en la foto), ocurrida el 27 de diciembre de 2007 en Rawalpindi, en un ataque con arma ligera más un atentado suicida.

El gobierno de Musharraf culpó al líder del Talibán pakistaní Baitullah Mehsud por el asesinato, al afirmar que pagó a una red de militantes islámicos para llevarlo a cabo.

Pero antes, Musharraf y sus fuerzas de seguridad habían acusadas de no hacer lo suficiente para proteger a Bhutto, un rival político.

El exgobernante militar ha negado estar involucrado en la muerte de la líder opositora.

"La acusación políticamente motivada presentada contra el expresidente Musharraf, que lo implica en el infortunado asesinato de la exprimera ministra Benazir Bhuto, no solo es falsa, fabricada y ficticia, también es un intento indigno de desprestigiar el honor y la integridad del expresidente en la escena mundial", afirmó el vocero de Musharraf, Raza Bokhari.

El ex general, en arresto domiciliario en su villa de los alrededores de la capital, se personó este martes en esta audiencia clave con protección de la policia y fuerzas especiales.

Luego de las elecciones generales de 2008, en el que su partido perdió, Musharraf renunció y una coalición del gobierno tomó pasos para realizarle un juicio político. Entonces Musharraf se autoexilió.

A principios de este año regresó a Pakistán en un intento por revivir su carrera política, pero no funcionó.

En cambio, ha estado enredado en una maraña de casos judiciales relacionados con el tiempo en que fue el máximo líder del país, y ha estado bajo arresto domiciliario desde abril.

Algunos de los casos se relacionan con la detención de jueces en 2007 y el asesinato de un líder tribal en la volátil provincia de Balochistán.

El reciente electo primer ministro Nawaz Sharif, un político que por mucho tiempo ha sido enemigo de Musharraf, también ha sugerido que el exmilitar debería de enfrentar un juicio por traición.

Sharif acusa a Musharraf de abrogar de manera ilegal la Constitución en noviembre de 2007.

Ese mes, Musharraf declaró el estado de emergencia, suspendió la Constitución de Pakistán, reemplazó al presidente de la Suprema Corte y sacó del aire a los canales independientes.

Musharraf dijo que lo hizo porque quería estabilizar el país y luchar contra el creciente extremismo islámico.

Tal procesamiento de un exalto general podría deteriorar más las ya delicadas relaciones entre Sharif y el poderoso Ejército pakistaní. (CNN)

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