domingo, 28 de julio de 2013

julio 28, 2013
RÍO DE JANEIRO, 28 de julio.- «El Evangelio no es para algunos sino para todos. El mundo tiene necesidad de Cristo». Para la juventud del Papa, la orden no podía ser más fuerte y solemne: « Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes» para «destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo». La mirada de Bergoglio se dirige hacia los tres millones de chicos que rezaron con él ayer por la noche y que le esperaron  en la Playa de Copacabana. Antes de que comenzara la liturgia, se llevó a cabo el “flash mob” más grande de la historia.
 
El Papa a los jóvenes: «La Iglesia cuenta con ustedes para demoler el egoísmo». (clic a las imágenes)

Ayer por la noche exhortó a los peregrinos de la XXVIIIa JMJ: «sean verdaderos atletas de Cristo». Y hoy la JMJ concluye con un grito de esperanza, puesto que otro mundo es posible: «En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para “arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar”». Una luz generosa en las tinieblas del egoísmo y de la indiferencia hacia las injusticias sociales. La fe como servicio para el bien común y no como barrera defensiva con respecto al resto de la humanidad. El Papa celebró la misa conclusiva de la JMJ describiendo la alegría de «comprometerse activamente en la Iglesia», para que «nunca se sientan solos», «vayan, sin miedo, para servir».

Tres millones de persones en la playa de Copacabana para la misa final de la JMJ.
«El mejor instrumento para evangelizar a los jóvenes es otro joven», afirmó Bergoglio en la homilía. Estas Jornadas, subrayó, ayudan a los jóvenes a «vivir en la fe junto a sus coetáneos provenientes de los cuatro puntos cardinales de la tierra para luego transmitir esta experiencia a los demás, como discípulos en misión».

 
La fe, de hecho, no puede estar «encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia». Por ello, «es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor». El Evangelio «no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos».

Las presidentas de Brasil y Argentina, Dilma Rousseff y Cristina Fernández, respectivamente y el presidente de Bolivia, Evo Morales, asistieron a la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que ofició el papa Francisco en la playa de Copacabana de Río de Janeiro.
Y es por ello, subrayó Francisco, que no deben tener miedo «de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente», porque Dios «busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor. En particular, quisiera que este mandato de Cristo: “Vayan”, resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo».
El Evangelio es la respuesta al «deseo de una vida más plena». El modelo es el de María, que hizo «un gesto de amor, de caridad, de servicio concreto, llevando a Jesús en su vientre». Y este gesto «lo hizo de preisa». Así que, subrayó Francisco, «no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del Evangelio. Vale la pena». Y Francisco volvió a exhortar a los jóvenes a «salir e ir con valentía y generosidad, para que cada hombre y cada mujer pueda encontrar al Señor».
Antes del Ángelus Papa Francisco citó a todos los jóvenes para acompañarlo en la JMJ de 2016 que se llevará a cabo en Cracovia, Polonia. (Vatican Insider)

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