sábado, 13 de julio de 2013

julio 13, 2013

Este don Lorenzo Mateo Caldera, cura de Hunucmá, sintiendo en el año de 1978 que llegaba la hora de su muerte y no teniendo más familiares que una negra esclava a la que ya antes había otorgado su libertad, resolvió que sus modestos bienes se empleasen íntegros en sufragios por su alma y al efecto condensó su testamento en la siguiente décima, que dictó al notario ante dos testigos;

"Soy católico cristiano,

la fe de Cristo profeso;

pido entierro sin exceso

y a justas mandas me allano.

Revoco lo de antemano;

nombro a mi alma heredera,

a Antonina tenedera,

albacea con opción.

Esta es mi disposición

Lorenzo Mateo Caldera".  

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