viernes, 19 de julio de 2013

julio 19, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de julio.- Como parte de las actividades del taller de verano organizado por el Museo Nacional de Antropología, se realizó una exhibición del juego de pelota mixteca, que aún es practicada en comunidades indígenas de Oaxaca. Los niños de entre 6 y 12 años, luego de presenciar la demostración, se formaron para ponerse el guante y participar en esta actividad ancestral.

Foto: Héctor Montaño / INAH

Edson Chávez, antropólogo físico de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indicó que es importante que las nuevas generaciones conozcan la riqueza de las tradiciones que tiene el país, “y qué mejor que con la práctica de la pelota mixteca, pues el taller gira entorno a este tema”.

Los niños presenciaron con atención la exhibición, que a simple vista parecía muy sencilla, pues los dos jugadores se lanzaban la pelota de un extremo a otro de la cancha. La complejidad radica en que la pelota de hule debe ser lanzada con un guante que pesa entre 5 y 7 kilogramos.

Sin importar el peso, los infantes se animaron a entrar a la cancha y ponerse el guante; los más grandes lograron lanzar la pelota a poco más de un metro, mientras que los más chicos apenas sostenían con sus dos manos la pesada pieza hecha de cuero y clavos. Tras intentarlo, comentaron que no era fácil, pues se requería de mucha fuerza para jugar.

El antropólogo explicó que esta actividad tuvo su origen en el periodo Preclásico Medio (1200 - 400 a.C.) con los olmecas, aunque también se han encontrado figurillas, frescos y estructuras arquitectónicas que representan la modalidad del ulama (juego de pelota de hule) en Tlatilco (Valle de México) y en El Opeño (Michoacán).

En el yacimiento arqueológico de El Opeño, en el municipio de Jacona de Plancarte, se han localizado figurillas que cuentan con unos anillos que cubrían su mano como una especie de guante. “Hoy en día los jugadores mixtecos utilizan un guante de cuero con clavos para golpear la pelota de hule sintético”, abundó Chávez.

Agregó que la práctica de la pelota mixteca es resultado del mestizaje entre la tradición valenciana y prehispánica, pero se ha ido modificando de acuerdo con la costumbre de cada región y el paso del tiempo.

Edson Chávez mencionó que en la época prehispánica el juego de pelota estaba relacionado con los rituales, lo que ha persistido en las comunidades mixtecas que realizan torneos durante las fiestas patronales.

La cancha de juego, llamada pasajuego o patio, es de tierra y mide de 9 a 11 metros de ancho por 110 de largo, aunque esa dimensión puede variar de acuerdo con el tipo de pelota utilizada. Esta práctica se ha extendido a la Ciudad de México y a distintas poblaciones de Estados Unidos, donde migrantes oaxaqueños la han hecho subsistir.

Con el fin de preservar esta tradición, el Museo Nacional de Antropología (MNA) ofrece en sus talleres de verano actividades vinculadas con el juego de pelota, en las que pueden participar niños de 6 a 10 años de edad.

En estos talleres, que concluyen el 2 de agosto, los infantes elaboran diferentes objetos relacionados con dicha práctica ritual; además llevan a cabo un ejercicio teatral orientado a rescatar esta tradición prehispánica, a partir de una historia de la cultura totonaca, titulada El Dios Huracán, y tras la cual elaboran un títere dentro de la actividad de teatro guiñol. Mayores informes en el Departamento de Servicios Educativos del MNA, en el teléfono 4040 5300, extensiones 412345 y 412348. (Boletín INAH)

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