jueves, 25 de julio de 2013

julio 25, 2013
ESTADOS UNIDOS, 25 de julio.- En 1991, Eric Myers llevaba varios años de casado y tenía una familia feliz en Phoenix, Arizona, sin embargo había algo que no lo dejaba completamente tranquilo, su orientación sexual.

Myers con su pareja

Fue entonces, el 25 de junio de 1991 para ser exactos, que Eric de 34 años de edad, decidió acudir a un seminario de bienes raíces en San Diego, pero nunca más regresó. El hombre fue declarado muerto y su familia quedó destrozada. 

Pero no estaba muerto, Eric huyó a Baja California en México, luego se instaló en Palm Springs, California, donde conocería a su pareja gay, un hombre canadiense con el que viviría una nueva vida como hombre gay por 16 años. 

"Sólo quería que todo acabara", declaró Eric, quien sentía una inmensa presión por su educación cristiana y el matrimonio heterosexual que reprimía su verdadera sexualidad. 

En 2007 Eric, de 50 años de edad, regresó a la vida de su familia, luego de 16 años de una muerte falsa y vivir su homosexualidad. 

Sin embargo, mientras Eric logró vivir con libertad, su esposa e hijos quedaron devastados ante la noticia de su supuesta muerte y vivieron traumas psicológicos los siguientes años. 

Cuando Eric decidió que era momento de reconciliarse con su familia, en 2007, se dio cuenta que su esposa e hijos no querían verlo nunca más, de hecho la mujer que había sido su esposa le dijo: "Ha regresado el Anticristo", refiriéndose a él. 

No obstante las complicaciones emocionales que representó el regreso de Eric a su antigua vida, también desencadenó una serie de problemas legales. Y es que la compañía de seguros que atendió a la familia de Eric cuando supuestamente murió, les reclama (a todos) la devolución de 800 mil dólares más intereses por los beneficios económicos recibidos en 1991.

La historia de Eric ha desatado la polémica en los medios, muchos afirman que nada justifica el abandono de sus hijos, para otros es una consecuencia de los patrones impuestos a los varones por la sociedad conservadora de Estados Unidos. 

Hasta el momento, Eric afirma que no se arrepiente de regresar "de entre los muertos", pero muchos miembros de su familia preferirían que en realidad lo estuviera. 

Por su parte, Kirsten Myers, una de las hijas de Eric, afirma que conoce muchos gays que no harían lo que hizo su padre: echarle la culpa de sus problemas a su homosexualidad. "No creo que él sea capaz de amar ... a nadie más que a sí mismo." (SDP Noticias con información de Huffington Post)

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