domingo, 7 de julio de 2013

julio 07, 2013
ESTADOS UNIDOS, 7 de julio.- Cuando tenía 24 años, Matthew Perry conseguía el papel que iba a cambiar su vida el de Chandler Bing en Friends. Junto a sus cinco compañeros de reparto se convirtió en una estrella que aparecía en todo tipo de merchandising y consiguió ganar un millón de dólares por capítulo.


Pero, el actor luchaba con un serio problema de alcoholismo. Después, tras un accidente de esquí en 1997, el médico le preescribió Vicodina y le dijo. “Toma esto”. “Yo lo hice y me sentí mejor de lo que me había sentido en toda mi vida”, cuenta Perry. “Tuve un grave problema con las pastillas y el alcohol y no podía parar”, explica. “Entonces las cosas fueron tan mal que no podía esconderme y todo el mundo lo sabía”, cuenta.


Durante años, la prensa comentó cada uno de sus pasos en los diferentes tratamientos de rehabilitación, incluidos dos intentos fallidos para dejar atrás sus adicciones. Entonces, el actor no se sentía nada cómodo tratando con los medios de comunicación, pero parece que los tiempos han cambiado.

Hoy es un hombre diferente, relajado, incluso despreocupado que pasea por el hotel “Sunset Tower” de Los Ángeles y que pide una Coca-Cola light con limón. “Estoy en un muy buen lugar. Me siento muy cómodo”, explica al actor, de 43 años.

“Algo hizo clic,” dice. “Tienes que querer la ayuda.” Y que ahora está dedicándose a ayudar a otros adictos. Transformó su antigua casa en la playa en Malibú en una instalación de sobriedad llamada “Perry House”, y se está convirtiendo en un defensor de que los drogadictos que no cometen delitos violentos no vayan a la cárcel, sino que reciban tratamientos para recuperarse. “Es agradable para la gente ver que alguien que una vez tuvo problemas en su vida no los tenga nunca más”, confiesa. (La Cosa Rosa)

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