martes, 23 de julio de 2013

julio 23, 2013
MÉXICO, 23 de julio.- En el mundo hay 170 millones de personas con el virus de Hepatitis C y México es una zona de alto riesgo al ser la cuarta causa de mortalidad en el país aseguró María Sarahi González Huezgo, jefa de Gastroenterología y Endoscopias Gastrointestinal del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios. 


Agregó que en el país un millón 400 mil personas viven con el virus y un alto índice lo desconoce porque no presenta síntomas. 

Con la finalidad de fomentar la toma de conciencia sobre las hepatitis virales y las enfermedades que se desencadenan, el próximo 28 de julio se celebra el Día Mundial de la Hepatitis, una jornada establecida por la organización Mundial de la Salud. 

Ignacio García Juárez, médico adscrito al Departamento de Gastroenterología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán informó que en el mundo existen cinco tipos de hepatitis A, B, C, D y E, todas ellas tienen características similares y suelen ser asintomáticas por lo que el riesgo es mayor pues quienes la padecen no se percatan, por ello se permite un avance de la enfermedad y un daño hepático que puede ser irreversible. 

García Juárez explicó que la hepatitis A se adquiere mayormente por consumir agua y alimentos contaminados, pero también se transmite de forma vertical que es de madre a hijo. Aseguró que es común que se presente entre los 5 y 14 años de edad con síntomas como fiebre y piel de tono amarillo. Este tipo de hepatitis es más agresiva en edad adulta. 

El especialista aseguró que la hepatitis B es un virus adquirido por transmisión sexual por lo que el riesgo de obtenerla se incrementa si se tienen múltiples parejas sexuales y no se use protección. La transfusión sanguínea también es un vehículo que permite el paso del virus al cuerpo. 

En México hay 3 millones de infectados de hepatitis B de los cuales 300 mil se encuentran en tratamiento para no desarrollar patologías que pongan en riesgo su vida. Este tipo se presenta con más prevalencia entre los 25 y 44 años de edad. 

González Huezgo explicó que en el mundo hay entre 130 y 170 millones de personas infectadas con el virus de la hepatitis C. Este virus se transmite principalmente por el contacto con la sangre infectada. Se incrementa el riesgo de adquirirla si se ha recibido una transfusión sanguínea o se tienen contacto con materiales punzo cortantes.

La acupuntura o haberse realizado tatuajes o perforaciones, así como tener contacto con material odontológico son factores de riesgo para adquirir el virus de la hepatitis C. El 80 por ciento de las personas no manifiestan síntomas, por lo que pueden pasar hasta 30 años para una detección tardía es decir con un avance en cirrosis o cáncer de hígado. 

La hepatitis D es un virus poco estudiado que se transmite por vía sexual y provoca un mayor riesgo de cáncer. La hepatitis E afecta organismos con menores defensas, en este grupo encontramos a neonatales y personas que viven con VIH o con cáncer quienes reciben quimioterapia, también personas que han recibido trasplantes y toman medicamentos para no rechazo. Las mujeres embarazadas también mantienen bajas defensas y puede adquirirse también por agua contaminada. 

Sarahi González aseguró que en México la cirrosis es la principal causa de trasplante. Subrayó que no hay vacuna para la hepatitis, por ello es necesario hacer una detección temprana con una prueba sencilla (Anti-VHC) si se sabe que ha tenido un factor de riesgo para en caso de salir positivo a la prueba tener una evaluación médica integral para determinar cuál es el tratamiento más adecuado. 

Actualmente la hepatitis se trata con Interferon α 2 y Ribavirina, fármacos que logran mantener al virus en negativo con lo que proporcionan una mejor calidad de vida a las personas. 

Por último, la nutrióloga Claudia Hernández Martínez, dijo que entre más oportuno es el diagnóstico se puede tener un tratamiento que prevenga complicaciones hepáticas. Aseguró que un tratamiento integral es indispensable así como acercarse a grupos de apoyo pues tener actitud positiva ayuda a cambiar algunos hábitos que mejoren la calidad de vida de quienes portan el virus. (Xochitl Celaya Enríquez para NotieSe)

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