miércoles, 17 de julio de 2013

julio 17, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 17 de julio

Cuando era secretario, sorprendía a sus compañeros de gabinete durante una sobremesa o al paso de las horas en cualquier fiesta. Se hacía de una guitarra e interpretaba con notables capacidades en las cuerdas cualquiera del cancionero mexicano de principios del siglo pasado. Voz de tenor y toda la cosa.

Así, al arranque del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, los altos funcionarios se asombraron de contar con un bohemio en uniforme azul oscuro del que resaltaban las medallas. Con el paso de los años, ya le pedían amenizar la plática.

El almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza.

El almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, el secretario de Marina del gobierno pasado, buscaba también otra música para sus oídos: no quería terminar sus seis años en el cargo sin atrapar a Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, líder de la sanguinaria organización criminal Los Zetas.

Cuando durante la administración federal anterior se repartieron el combate a los cárteles (la Policía Federal iría contra La Familia Michoacana, el Ejército contra El Chapo Guzmán, etcétera), a la Marina le tocó perseguir a Los Zetas. Así fue por años.

El almirante Saynez calculaba que Treviño caería en la recta final de 2012. Según me relatan quienes le escucharon más de una vez, confiaba en que lo tenían ya muy cercado. El arriesgado vaticinio lo presenció más de una vez, por estar a su lado siempre, un hombre que se volvió clave con el transcurrir de los meses: el entonces vicealmirante, ascendido en los últimos días de la administración de Felipe Calderón Hinojosa, Vidal Soberón Sáenz. Era el secretario particular de Saynez. El actual almirante secretario se encargó de completar el trabajo de su ex jefe. En esta captura de alto nivel varios factores deben considerarse:

Almirante Vidal Soberón Sáenz.

Primero, la suave transición entre dos amigos y colaboradores —el timón de la Armada pasó de Saynez a Soberón— permitió que se mantuvieran las operaciones de inteligencia: no es lo mismo entregar la estafeta en una atmósfera de camaradería que empezar a navegar de nuevo la ruta. Fueron tres años de investigación contra el Z-40.

Segundo, el almirante Soberón, como lo remarca en cada discurso, ha establecido una nueva relación de estrecha cooperación con el Ejército, borrando la rivalidad que existió durante el sexenio pasado.

Y tercero, ha aprovechado que por su cercanía con el almirante Saynez lo conocen desde hace tiempo y por ello confían en él las agencias de inteligencia de EU, claves en el combate al crimen organizado.

SACIAMORBOS

Furor en redes sociales porque en las primeras imágenes del Z-40 aprehendido, apareció caminando por los pasillos de la SEIDO sin esposas de metal. El vocero de Seguridad Nacional, Eduardo Sánchez, explica que la Marina tomó la decisión, pues al estar ya en una instalación oficial y segura, y no presentar el detenido actitud peligrosa, mantenerlo esposado podría implicar indeseados problemas con alguna instancia de derechos humanos. Fue tal la polémica, que quizá para la próxima veamos al capo en turno con las muñecas de metal.