viernes, 26 de julio de 2013

julio 26, 2013
MADRID, España, 26 de julio.- El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, ha asegurado hoy que el maquinista del tren siniestrado tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente.

En una entrevista con Efe, Ferre ha apuntado que «cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora».

José Garzón Amo, el maquinista del Alvia, tiene 52 años, comenzó a trabajar en Renfe hace 30 años, es maquinista desde hace 10 y se ufanaba de su velocidad.

Ferre ha defendido que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que, en cualquier caso, el maquinista tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones porque «esa es la función del maquinista dentro del tren», es decir, «controlar la velocidad», porque «si no, sería un pasajero».

La Policía detuvo este jueves 25 de julio a las 20.00 horas en el hospital en el que permanece ingresado al maquinista imputado por «imprudencia», según ha explicado el jefe superior de la Policía de Galicia, Jaime Iglesias.

Iglesias ha indicado en rueda de prensa que Francisco José Garzón Amo está «imputado por un hecho delictivo vinculado a la autoría del siniestro» y que la declaración policial se puede producir «en cualquier momento», mientras que la judicial podría tener lugar incluso en el centro hospitalario donde permanece detenido.

Iglesias ha dicho que desconoce la situación médica del maquinista y si ésta permite tomarle declaración, lo que cree que se producirá «a la mayor brevedad». Ha abundado en que su paso a disposición judicial puede producirse «en el hospital o donde estuviere», y que si la Policía no lo ha interrogado ha sido por «cuestiones médicas o de orden de operativo policial».

El jefe superior de Policía de Galicia ha especificado que la detención del maquinista, que es policial y no a requerimiento del juez instructor del caso -que ordenó que la policía le tomara declaración como imputado-, se produjo a las 20.00 horas de ayer, cuando se le leyeron los derechos.

Ha abundado en que se trata de un atestado «muy complicado» y que hay que hacerlo «con cuidado» y bajo la tutela del fiscal y del juez, con los que debe haber un «entendimiento permanente y continuo».

Respecto a la caja negra del tren, ha especificado que está bajo custodia de la Policía Judicial, que tiene «unas condiciones técnicas singulares» para su apertura y que «no se va a hacer nada con ella» hasta que haya un acuerdo con la autoridad judicial, que «está ocupada en estos momentos en otras tareas».

Iglesias ha incidido en que hay «una cadena de custodia» y que cuando la caja negra del tren siniestrado se entregue al juzgado «se decidirá cómo se procederá a su apertura y al desarrollo de la información bajo la tutela judicial». (ABC)