martes, 18 de junio de 2013

junio 18, 2013
WASHINGTON D.C., 18 de junio.- Dorothy Spourdalakis asesinó a su hijo Alex, un adolescente autista de 14 años de edad en la ciudad de Chicago (Estados Unidos), apuñalándolo cuatro veces en el tórax y dos en el corazón, y casi cercenándole la mano. El crimen contó con la complicidad de la madrina del joven, quien se encargaba de su cuidado en su hogar, Jolanta Agatha Skrodzka.

El pasado 9 de junio Spourdalakis acuchilló a su hijo luego de que fallara su primer intento de asesinarlo con una sobredosis de píldoras.

Dorothy Spourdalakis (arriba, la madre) y Jolanta Skrodzka (abajo, la madrina) sacaron del hospital a un joven autista (a la izquierda) para asesinarlo. Alegan eutanasia.
De acuerdo a las autoridades, las mujeres decidieron asesinar al adolescente al considerar que su “condición emocional se había deteriorado”, luego de que lo retiraran del hospital en el que se encontraba dos semanas atrás.

Spourdalakis y Skrodzka dijeron tras su arresto que las necesidades de Alex eran demasiado para ellas y que quisieron poner fin a los sufrimientos del joven. Las autoridades reportaron que las mujeres manifestaron “frustración” por el cuidado del joven, especialmente por su autismo.

Tras acabar con la vida de Alex, ambas mujeres mataron al gato de la familia porque no querían que acabara en un albergue. Luego intentaron suicidarse ingiriendo píldoras.

Spourdalakis y Skrodzka fueron encontradas en estado semiconsciente en la habitación de Alex por el padre del joven, que está separado de la madre, quien fue al apartamento luego de que nadie contestara sus llamadas telefónicas.

Maureen O’Brien, asistente del Procurador Estatal  del condado Cook, señaló que el asesinato de Alex “fue cometido en una forma fría, calculada y premeditada”.

Días atrás, Dorothy Spourdalakis organizó una campaña para que le permitieran retirar a Alex del hospital en el que se encontraba en Chicago, alegando que era maltratado y víctima de negligencias.

Spourdalakis aseguró que Alex necesitaba “algo simple, en el campo, donde pueda correr, obtener el tratamiento que necesita para mejorar”.

Con motivo de esa campaña, Andrew Wakefield, un científico británico autor de un estudio fraudulento que relacionaba las vacunas contra el sarampión, las paperas y la rubéola con el autismo, grabó un vídeo que subió al sitio web Youtube pidiendo ayuda para que Alex abandone el hospital, diciendo que el joven sería alejado de su madre si no recibía apoyo, pues sería internado en “atención psiquiátrica a largo plazo”. (ACI)

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