jueves, 6 de junio de 2013

junio 06, 2013
BRASILIA, 6 de junio.- Una multitudinaria manifestación contra el aborto y el matrimonio entre homosexuales ocupó ayer la zona central de Brasilia y unió a evangélicos, católicos y fieles de otras religiones en defensa de lo que calificaron como “familia tradicional”.

La manifestación, convocada en favor de la “libertad religiosa y la vida”, congregó a unas 40,000 personas (70,000 segín los manifestantes) de diversas creencias reunidas bajo las mismas consignas en un marco festivo, que incluyó la presentación de cantantes de música religiosa, que en Brasil proliferan y venden sus discos como el pan francés.

El acto fue convocado por organizaciones evangélicas, una de las religiones que más se han expandido en el país en los últimos años, y contó con la adhesión de miembros de otros credos que coinciden en su rechazo al aborto, prohibido en Brasil con algunas salvedades, y al matrimonio entre homosexuales.

El pastor Silas Malafaia, uno de los organizadores, dijo que uno de los motivos de la protesta era la decisión del pasado 14 de mayo del Consejo Nacional de Justicia de legalizar el matrimonio homosexual, pese a que el Congreso no ha legislado sobre el asunto.


Más, en el facebook Manifestação pacífica em Brasília




Ayer mismo se anunció que una comisión parlamentaria aprobó un proyecto de ley con el que se busca persuadir a las mujeres que quedaron embarazadas tras ser víctimas de violación a tener a su hijo y no recurrir al aborto, que la ley brasileña sólo contempla en casos de violencia sexual o cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre.



El proyecto propone que una mujer que quede embarazada por una violación reciba ayuda psicológica, una pensión equivalente a un salario mínimo por mes y otros beneficios, como ayuda oficial para identificar al padre y obligarlo a que responda económicamente por su hijo. Como única condición para esas ayudas, el proyecto establece que la mujer debe renunciar a la posibilidad del aborto y dar a luz a su hijo. (En la imagen, artistas que participaron en la manifestación) .


El PL 122 es un proyecto de ley brasileño que propone criminalizar la homofobia en el país. Así, el cartel pide decir NO a la homofobia y al PL 122 y decir SÍ a la familia, la libertad de culto y la libertad de expresión.

Hasta esa fecha en Brasil sólo se contemplaba la figura de la “unión estable” entre homosexuales, en la que sus miembros son considerados “solteros” y tienen limitaciones en cuanto a herencias y otras garantías reservadas a los matrimonios heterosexuales.

Los manifestantes recorrieron la céntrica Explanada de los Ministerios, una amplia avenida de la capital en la que se ubican todos los edificios del poder público, y se concentraron finalmente frente al Congreso nacional, donde la multitud tuvo un momento de euforia.

Fue cuando se anunció que una comisión parlamentaria aprobó un proyecto de ley con el que se busca persuadir a las mujeres que quedaron embarazadas tras ser víctimas de violación a tener a su hijo y no recurrir al aborto, que la ley brasileña sólo contempla en casos de violencia sexual o cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre.

El proyecto propone que una mujer que quede embarazada por una violación reciba ayuda psicológica, una pensión equivalente a un salario mínimo por mes y otros beneficios, como ayuda oficial para identificar al padre y obligarlo a que responda económicamente por su hijo.

Como única condición para esas ayudas, el proyecto establece que la mujer debe renunciar a la posibilidad del aborto y dar a luz a su hijo.

Esa iniciativa, presentada por el diputado evangélico Eduardo Cunha, salvó ayer una barrera, pero aún deberá ser analizada por la Comisión de Constitución y Justicia antes de llegar al pleno de la Cámara baja y ser remitido al Senado.

El proyecto ha sido rechazado por grupos feministas, que incluso lo califican de “beca-violación”, mientras que Cunha plantea lo que, en su opinión, es la preocupación “legítima” que el Estado debe tener con la mujer que es objeto de una violación.

“Estamos hablando del derecho de una madre que no quiere abortar aun cuando ha sido víctima de violencia sexual, y de su derecho a tener un mínimo apoyo para su subsistencia”, dijo el diputado.

El pastor Malafaia celebró la aprobación del proyecto y dijo que el matrimonio homosexual es “igual” a una hipotética legalización de las drogas o el aborto y aseguró que “si la sociedad brasileña sigue por ese camino de liberar todo, será destruida”.

Los manifestantes también expresaron su respaldo a un proyecto que tramita en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja que propone que la red de salud pública ofrezca ayuda psicológica para aquellas personas que quieran “revertir” su homosexualidad.

Asimismo, aclamaron al pastor evangélico Marcos Feliciano, quien preside esa comisión y asistió a la marcha y que ha hecho públicas sus posiciones contra la homosexualidad y realizado polémicas declaraciones en las que aseguró que la raza negra fue “maldecida por Dios”.

Durante la concentración, un pequeño grupo de activistas gay recorrió la zona con gritos y pancartas contra los dirigentes religiosos. "El lugar del pastor es la iglesia y no el gobierno", se leía en uno de los carteles. La policía militar no informó de ningún incidente.

Hasta 2010 los evangélicos representaban el 22.2% de la población brasileña de más de 190 millones de habitantes, según el último censo.

Como dato curioso, hubo un incidente durante la manifestación en el momento en que un pastor evangélico sacó una bandera colorida de su iglesia, la confundieron con la bandera gay y lo arrastraron del palco. (EFE / AFP)

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