TULSA, Oklahoma, 22 de junio de 2020.- Al filo de las ocho de la tarde del sábado ya quedaba claro que por primera vez en mucho tiempo, un mitin de Donald Trump había resultado un fracaso. Así que el director de campaña, Brad Parscale, dio la orden de desmontar un escenario en la calle con una gigantesca bandera de barras y estrellas donde el presidente iba a dirigirse a los miles de partidarios que se iban a quedar sin poder entrar al estadio, cuyo aforo máximo era de 19.000 personas. En esa calle había apenas 100 personas, y no las decenas de miles esperadas. Momentos después Trump subió el escenario de dentro, en el estadio Box de Tulsa, en Oklahoma, y volvió a arengar a los suyos por primera vez en casi cuatro meses.
Trump se ha jactado siempre de que nunca ha dado un mitin ante sillas vacías. Ya no lo puede decir. Durante su discurso del sábado por la noche, al presidente le rodeaban filas y filas de asientos azules, que para más inri es el color del Partido Demócrata en EE.UU. Las cadenas de televisión mostraban enormes huecos en el suelo, ante el estrado, y en el gallinero. Solo unas horas antes, él y Parscale se congratulaban de que habían dado más de un millón de entradas para el mitin, y montaron un escenario en la calle para que las masas pudieran ver al presidente aunque fuera solo unos momentos. Se habían puesto el listón muy alto. Demasiado.
El ataque de los troles
Las razones de este insólito fracaso de Trump son variadas, incluida la aprensión de los votantes ante el posible contagio de coronavirus, pero hay una más poderosa que las demás: un ejército digital de adolescentes, fanáticos del pop coreano y demócratas se alió para gastarle una broma antológica al presidente. Según han revelado después en plataformas como TikTok o Twitter varios de esos troles (como se les conoce en jerga de internet), estuvieron solicitando y recibiendo miles de entradas que no pensaban utilizar, para humillar al presidente. La campaña de Trump se tragó el anzuelo, aunque el martes pasado varios medios como CNN ya habían publicado titulares como este: «Los usuarios de TikTok están tratando de engañar a la campaña de Trump reservando entradas para el mitin de Tulsa que no utilizarán». Tras este iniciativa había jóvenes activos en la protesta racial y grupos de fanáticos del pop coreano, duchos en redes sociales, con bastante tiempo libre entre sus manos y ganas de dejar en ridículo al inquilino de la Casa Blanca. Hasta la diputada neoyorquina y musa de la nueva izquierda Alexandria Ocasio-Cortez se burló de Trump en Twitter: «Los adolescentes de TikTok inundaron la campaña de Trump con reservas de entrada falsas y los engañaron para que pensaran que un millón de personas querían acudir a su monólogo supremacista».
Un espectador enmedio de butacas vacías. |
Durante su discurso, como es habitual, Trump hizo algunas declaraciones polémicas. Sobre la pandemia de coronavirus dijo que los tests de diagnóstico «son un arma de doble filo» y afirmó que había pedido a sus asesores en la Casa Blanca que «hicieran menos pruebas», para bajar los números. Luego, su equipo dijo que esas declaraciones fueron en tono jocoso, y no deben tomarse en serio. En su alocución, se burló de China, país donde empezó la pandemia, llamando al virus «kung flu» («flu» significa «gripe» en inglés).