domingo, 21 de junio de 2020

junio 21, 2020
WASHINGTON, 20 de junio de 2020.- Tras casi cuatro meses sin actos de campaña, Donald Trump reaparecerá este sábado en un mitin multitudinario con el que quiere recuperar el terreno perdido en las encuestas por su gestión de la pandemia de coronavirus y por las protestas raciales, ocurridas tras la muerte de un hombre de raza negra bajo custodia policial. Pero, como suele ser habitual en este presidente, esta reaparición no está exenta de polémica.

Sus oponentes le han obligado a cambiar la fecha del acto de campaña una vez, le han denunciado por saltarse las recomendaciones sanitarias para prevenir el contagio de coronavirus y ahora amenazan con manifestaciones multitudinarias alrededor del centro de congresos donde se va a dirigir a sus partidarios. Por si acaso, el presidente de EE.UU. ya ha amenazado a quienes quieren hacerle un escrache que no dudará en responderles con mano dura.

Polémico escenario

El mitin tiene lugar en Tulsa, ciudad de Oklahoma donde ocurrió uno de los peores linchamientos masivos de personas de raza negra en la historia de EE.UU. Y en principio iba a tener lugar este viernes, pero justo ese día se celebra el Día de la Libertad (Juneteenth en inglés), en que se conmemora el anuncio en Tejas en 1865 de que el presidente Abraham Lincoln había decretado el final de la esclavitud en los estertores de la Guerra Civil. Finalmente, ante la presión incluso de miembros de su propio partido, Trump aceptó demorar la fecha del discurso un día.

Trump en Tulsa, Oklahoma, (Politico)


Según dijo el presidente en una entrevista que dio recientemente al diario The Wall Street Journal, «me tienen que reconocer que he hecho esa fiesta del Día de la Libertad famosa, porque antes nadie sabía lo que era y ahora gracias a mí todos lo saben». Este viernes, su portavoz en la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, repitió ese argumento: «A tenor del número de búsquedas en Google, el presidente ha hecho que esta festividad sea famosa».


El centro BOK de Tulsa tiene capacidad para 19.000 personas. Más de un millón han pedido entradas, según ha dicho la campaña de Trump. Hay quienes llevan acampando a las puertas desde el lunes. A los asistentes se les ha hecho aceptar una cláusula por la cual eximen a la campaña del presidente de cualquier responsabilidad si contraen el coronavirus. En Oklahoma, un estado que tiene casi cuatro millones de habitantes ha habido más de 9.000 infecciones y 366 muertes.

El alcalde de Tulsa, que es republicano, ha dicho que no acudirá al mitin y ha decretado el toque de queda desde el jueves hasta el sábado, además de haber acordonado las inmediaciones del centro de congresos para prevenir disturbios. Según sus estimaciones, se espera que este sábado acudan a las inmediaciones del centro unas 100.000 personas, entre partidarios y oponentes del presidente.

Tal y como dijo el edil, G. T. Bynum, ha declarado el estado de emergencia porque «hay personas de grupos organizados que han estado involucradas en comportamientos destructivos y violentos en otros estados que planean viajar a la ciudad de Tulsa con el fin de causar disturbios en los alrededores del mitin».

Clara advertencia

A aquellos que están organizando protestas en su contra, Trump les advirtió en la red social Twitter: «Cualquier manifestante, anarquista, agitador, saqueador o maleante que esté de camino a Oklahoma, que se entere de que no le vamos a tratar como en Nueva York, Seattle o Mineápolis, será muy distinto». Esas tres son ciudades gobernadas por demócratas donde ha habido fuertes disturbios raciales y saqueos en las semanas pasadas, tras la muerte del afroamericano George Floyd después de que un policía blanco le hincara la rodilla en el cuello casi nueve minutos.

Una demanda además intentó obligar a la campaña de Trump a que los asistentes al mitin respetaran las recomendaciones del propio gobierno federal para prevenir el contagio de coronavirus: llevar máscara para boca y nariz y mantener una prudente distancia de seguridad. Trump ha dicho en varias ocasiones él mismo y por medio de una portavoz que no llevará máscara y que no quiere que quienes acudan a sus mítines las lleven tampoco. Además, el presidente se resiste a dar un discurso ante unas gradas medio vacías. Esa denuncia ha llegado a la Corte Suprema de Oklahoma, que debía decidir tras el cierre de esta edición.

Trump lleva desde el 2 de marzo sin dar un mitin. Desde que ganó las elecciones los ha seguido dando, en una suerte de campaña permanente. Este parón ha coincidido con un desplome en las encuestas electorales por la gestión de la pandemia de coronavirus (sólo en EE.UU. 2,25 millones de contagiados y 120.000 muertos) y su respuesta a las protestas raciales por la muerte de Floyd. Ante los disturbios en Washington, el presidente rodeó la Casa Blanca de una valla y desplegó a las fuerzas armadas en la capital para protegerse.

Según la media de sondeos que mantiene Real Clear Politics, el demócrata Joe Biden obtendría el 50% de votos frente al 41% de Trump. Sin embargo, en 2016 las encuestas ya fracasaron de una forma estrepitosa.

De momento, el presidente ha tenido que cambiar el Congreso del Partido Republicano que le va a confirmar como candidato a las elecciones, de Carolina del Norte a Florida, porque las autoridades del primer estado (demócratas) se negaban a darle permiso para saltarse las recomendaciones sanitarias, aunque el encuentro iba a tener lugar a finales de agosto, ya pasado el pico de contagios de la actual pandemia de coronavirus. (David Alandete / ABC)

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