Eduardo Ibarra Aguirre / 22-II-19
El presidente Andrés Manuel firmó el decreto que pone fin a 113 años del centro penitenciario concebido como de alta seguridad durante el penúltimo gobierno del dictador Porfirio Díaz, conocido como Islas Marías y que concentró un historial impar de tratos crueles para los prisioneros –no pocos por motivos políticos–, de castigos, torturas y represión.
Busco en testimonios y encuentro lo siguiente respecto de 1932: “7 de julio. Son deportados a las Islas Marías 27 comunistas, entre ellos Miguel Ángel Velasco, José Revueltas, Evelio Vadillo y Rosendo Gómez Lorenzo. Deportación de un grupo de comunistas extranjeros.” (Historia del comunismo en México. Arnoldo Martínez Verdugo, ed., Grijalbo, 1985, pp. 421-422).
Dos años y cinco meses más tarde se registra en la “Cronología comparativa” del mismo libro, en la página 424: “1934: 1º de diciembre. Lázaro Cárdenas toma posesión de la Presidencia de la República. Ordena la liberación de los comunistas desterrados en las Islas Marías.”
Registran las notas sobre la mañanera del 18 que López Obrador mostró en la diestra uno de los grilletes con un peso de 16 kilos con los que encadenaban a los presos y con la siniestra el decreto que avala la transformación de la tétrica prisión en un espacio para las artes, la cultura y el estudio del medio ambiente. Para ello, López Obrador anunció la liberación de 200 de los 656 reos que aún permanecen en la colonia con sus familiares, en la llamada isla Madre, por haber cumplido ya los requisitos de preliberación. Los otros serán reubicados en penales cercanos a sus domicilios.
AMLO recordó que la colonia penitenciaria fue creada por José de la Cruz Porfirio Díaz Mori en 1905 y enfatizó el carácter de prisión política que tuvo, “destacando las dos estancias que en ese lugar tuvo José Revueltas”, según esto “entre 1922 y 1935”. Es decir: A los seis años de edad el autor de Los muros de agua fue prisionero político. Los asesores presidenciales podrían ser más rigurosos en su trabajo.