PARÍS, Francia, 30 de enero de 2019.- Este enero, París vivió una nueva semana de la moda, en la que genios e importantes firmas -entre ellos, Dior e Iris van Herpen- lograron dar rienda suelta a su imaginación. No obstante, la ausencia de un gran diseñador opacó las pasarelas y los rumores se situaron tras bambalinas. Y es que Karl Lagerfeld (85), conocido como el "káiser de la moda" y líder de Chanel desde 1983, no apareció en el cierre de su propio desfile. Una actitud contraria a su personalidad y que, según la hemeroteca, no había sucedido jamás. De acuerdo con la marca, el ídolo habría estado "demasiado cansado". Aunque algunos medios aseguran que el divo habría renunciado en secreto. Lo que, inevitablemente, ha alentado las especulaciones. Sobre todo, en relación a sus herederos, quienes no serían otros que una modista, su guardaespaldas, y un felino de 3,5 kilos.
"Con respecto al tradicional saludo que suele realizarse al finalizar el show, Mr. Lagerfeld, director artístico de Chanel y quien se siente cansado por hoy, pidió a Virgine Viard, directora del estudio creativo de la casa, que lo representarse y saludase a los invitados. [...] Deseamos que se recupere pronto", comunicó Chanel este 22 de enero a través de un altavoz en Grand Palais de Paris. A raíz de ello, la prensa especializada encendió las alertas. "¿Qué pasa con Karl?", intentaron responder, con coherencia, publicaciones como 'Harper's Baazar' y 'Women's Wear Daily'. Pese a esto, la preocupación por su salud y avanzada edad es evidente. Más aun, después de que una de sus últimas apariciones hubiese levantado conjeturas, debido a su alicaído (y descuidado) aspecto.
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Karl Lagerfeld con su mascota, Choupette. |
El pasado 18 de agosto, Lagerfeld se dejó ver por Saint Tropez con algunos kilos de más, una notable palidez en su rostro y una inesperada barba, que habría cultivado en honor al fotógrafo Helmut Newton. Pero Lagerfeld no sólo habría decidido debutar un nuevo 'look' en 2018, sino que también una inquietante verborrea que lo llevó a atacar al movimiento #MeToo y asegurar que, "si las chicas no quieren que les bajen las bragas, no deben convertirse en modelo". De igual manera, comentó a la revista 'Numéro' que preferiría suicidarse antes de compartir en una isla con Virgil Abloh -director artístico de la división masculina de Vuitton-, que el fallecido Azzedine Alaïa no había hecho más que crear "zapatillas de ballet para menopáusicas" y que no cuenta con ni un solo vello en las axilas.