Pedro Echeverría V.
1. El centenario del asesinato de Rosa Luxemburgo (RL), nacida en Polonia pero nacionalizada alemana, me recuerda a una gran mujer que nació y vivió para hacer la revolución. La una destacadísima luchadora social contra el capitalismo mundial, luchó desde posiciones radicales de izquierda contra la socialdemocracia democracia, fue fundadora de la corriente radical “espartaquista” y fue asesinada ejerciendo la batalla por la revolución en el momento de la primera guerra mundial. Aunque en el “espartaquismo mexicano” muy poco estudiamos su obra teórica porque acontecimientos más candentes como el debate chino-soviético, las polémicas sobre el leninismo y la revolución cubano nos absorbieron, los historiadores militantes conocimos su obra y no hemos dejado de estudiarla. Por ello he aprovechado republicar un artículos que escribí en la página de “Rebelión” hace 11 años, a raíz de su aniversario.
2. El 5 de enero se conmemoró el 88 aniversario del asesinato de la militante y activista polaca/alemana, Rosa Luxemburgo (RL). Su popularidad no llegó al nivel de Marx, Lenin, Trotski Stalin o Mao, pero su presencia en Europa y en Rusia fue muy importante, sobre todo en los debates contra el oportunismo de la II internacional, el centralismo a ultranza de Lenin, la traición del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y la fundación del Partido Espartaquista. Nació en el año 1871 en Rusia, inició su activismo político en Varsovia, emigró a Zurich donde estudió ciencias naturales y se doctoró en economía política con la tesis: El desarrollo industrial de Polonia (1898). Se hizo alemana mediante el matrimonio con un obrero alemán. Se afilió al SPD alemán, y más tarde volvió a Varsovia para participar en la Revolución Rusa de 1905, donde fue detenida. Tras ser liberada impartió clases de economía política y escribió su voluminoso libro La acumulación del capital.
3. En el transcurso de la I Guerra Mundial, RL y Karl Liebknecht encabezaron la corriente más radicalizada y obrera del SPD, opuesta al sector moderado que apoyó los créditos de guerra propuestos por el Gobierno alemán. Combatió RL el revisionismo de Bernstein, en su obra Reforma o revolución. Su radical oposición a la entrada de Alemania a la guerra le llevó a ser encarcelada, y en prisión escribió su obra fundamental, La crisis de la socialdemocracia. A partir de 1916, Rosa Luxemburgo se encuadró en la corriente Spatakus, junto con otros ortodoxos como Liebknecht, Mehering, Zetkin. Las cada vez mayores diferencias que mantenían con la dirección, fundamentalmente por la polémica militarista, acabaron abocando a un amplio sector del Partido (cerca de un 30% de la organización) a escindirse en abril de 1917 en el Partido Socialdemócrata Alemán Independiente (USPD), en el que se integró el espartaquismo.