lunes, 28 de octubre de 2019

octubre 28, 2019

      Este tema por lo general causa interrogantes como: ¿Lo que determina la riqueza de un país son sus recursos naturales? O ¿La riqueza de un país ya está otorgada?, antes de responder a estas preguntas primero tenemos que definir ¿Qué es la pobreza y la riqueza de un país?
Entendamos que la pobreza es una situación en la que el estado está imposibilitado económicamente para satisfacer las necesidades básicas para que su pueblo tenga una vida digna; en este sentido, se entiende que un país con riqueza es un estado capaz de satisfacer las necesidades de su pueblo para una vida de calidad.
      Ahora bien, las 2 preguntas anteriores tienen respuesta y afortunadamente la respuesta es que no, porque de ser así los estados “Pobres” solo tendría dos opciones: Resignarse o esperar un líder mesiánico que transforme su realidad.

 
   Al pensar y razonar la situación económica del país es imposible no comparar a México con Estados  Unidos y cuestionar: si México tiene historia, cultura, metales preciosos, recursos naturales, gastronomía y un sinfín de atributos que en teoría deberían posicionarlo como un país económicamente abundante ¿Por qué no es así?  Si la Unión Americana que no cuenta con muchos de esos atributos, es una de las potencias mundiales más importantes, a tal grado que su divisa es la moneda patrón del sistema económico internacional, entonces ¿Por qué si México esta literalmente a lado de Estados Unidos no comparte el mismo destino?
   La respuesta a esta pregunta se resuelve al comprender que la historia de estas naciones son completamente distintas.Por un lado tenemos en el norte al territorio de Norteamérica, un territorio que antes de la llegada de los conquistadores era frío, prácticamente desoldado, despoblado y donde el día a día era la sobrevivencia, en cambio el territorio de nuestro país contaba con civilizaciones, cultura y edificaciones que no tenían nada que envidiar a las ciudades europeas.
    Al llegar los conquistadores ingleses al norte y españoles al centro y Sudamérica se encontraron con dos mundos por completo distintos y tan poco deseado era el norte del continente que cuando los ingleses llegaron al territorio que sería “Nueva Inglaterra”, no fue por elección, sino porque el resto del territorio con abundancia y recursos ya había sido ocupado.
    Tal situación sentó las bases de un sistema prospero en el territorio de la “Nueva España” de modo que pudieron replicarse con éxito muchas instituciones que existían en la vieja Europa como la aristocracia y la burocracia, éstas causaron que se otorgaran benéficos del estado a unos pocos, creando una élite que obtenía sus riquezas mediante privilegios y sus buenas relaciones.
   Sin embargo con la independencia de nuestro país, estas costumbre no desaparecieron, si no que persisten hasta la actualidad, como: Una élite con mucha riqueza basada en sus relaciones y privilegios, mucha burocracia y una visión de los gobernantes errónea donde el ascenso al poder es visto como un negocio vez de un medio para servir al pueblo.
   Por otro lado, en Norteamérica las cosas fueron totalmente distintas, ya que al no contar con recursos para explotar, no quedaba más que innovar y trabajar, como resultado de esto la cultura que se fue gestando fue la del trabajo y los negocios, creando un estado próspero y libre; por lo que en cuanto la corona noto el crecimiento de estas colonias trato de imponer sus propias reglas y fue cuando se dio el proceso de independencia, ya que no renunciarían a lo autónomos que eran.
   Entendiendo esto podemos deducir que el desarrollo de un país deriva de lo mucho que estos promueven el emprendimiento, el ingenio y el trabajo, no en los recursos naturales ni la explotación de nadie, por eso cuando los políticos dificultan este proceso con muchos impuestos, mucha burocracia, no promueven la creación de nuevas empresas y otorgan privilegios a unos pocos, los resultados nunca son favorables.
    Existen casos en los que naciones con problemas económicos modelan a las grandes potencias y transforman su situación, este proceso que involucra a toda la nación por igual, los países pueden cambiar su realidad, las prioridades de los gobernantes son lo que determinan su progreso, México puede ser uno de ellos, el cambio inicia desde adentro, desde nuestra visión y percepción de las necesidades reales, este país es enorme y se merece la prosperidad, pero debemos que demostrar que la merecemos.


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