domingo, 22 de septiembre de 2019

septiembre 22, 2019
MÉRIDA, Yucatán, 22 de septiembre de 2019.- En el marco de la fiesta de San Mateo Apóstol, se llevó a cabo la segunda jornada del VII Congreso Eucarístico Nacional. Este día comenzó con las Laudes solemnes dirigidas por Mons. Benjamín Castillo Plascencia, obispo de Celaya.

La primer conferencia del día estuvo a cargo del Dr. Fernando Casanova Ramos, ex pastor de la Iglesia Pentecostal y catedrático en historia y teología, quien abordó los aspectos más importantes sobre cómo las Sagradas Escrituras hablan de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y cuestionó a los asistentes sobre los elementos que entran en juego para creer en el sacramento del cuerpo y sangre de Cristo: la fe y la humildad, pues “cuando una persona cree, se nota y cuando no, también”.

Después tuvo lugar la mesa panel: “Vida de Gracia y divorciados vueltos a casar” donde el pbro. Dr. Jorge Carlos Menéndez Moguel, comentó que estas parejas pueden ser sujetos de la gracia de Dios como lo estableció San Juan Pablo II durante su pontificado: con misericordia y caridad. También comentó que es a través de las buenas obras, la oración y la caridad como verdaderamente se puede estar tan cerca de Jesús Eucaristía para seguirlo transmitiendo a pesar de sólo poderlo tener de manera espiritual. Invitó a los católicos a no excluir a nadie sino extender la mano con caridad a todos, “pues estamos en el mismo camino de vida y nuestra sociedad nos necesita”.

(Galería de fotos en Facebook)

Los asistentes al CEN también disfrutaron de la conferencia “La Eucaristía y su Proyección social” a cargo del Pbro. Lic. Rogelio Narváez Martínez, secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Director Nacional de Cáritas Mexicana, quien mencionó cuatro elementos básicos para la vivencia de la Eucaristía en lo cotidiano: amor, vigilancia, doctrina e integridad, éstos harán visible a Cristo en el hermano sufriente que desea participar como cualquier otra persona en el banquete de sacrificio, donación y amor de Cristo que debe motivar a los católicos a partir y repartirse como Jesús hace con su cuerpo y sangre.

Para ilustrar la donación a la que están llamados los católicos, se presentó la segunda mesa panel con testimonios sobre el servicio que brindan algunas congregaciones a la Iglesia, como la Sociedad de San Vicente de Paúl entre otras, a los más pobres tal como solicita el mismo Cristo.

Los panelistas coincidieron que no basta estar de rodillas frente al sagrario, sino pasar a las acciones cotidianas para experimentar el amor y la felicidad por medio de la ayuda al prójimo.

El Excmo. Sr. Piero Marini, Presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales, compartió su experiencia sobre “El arte de celebrar la Eucaristía”, donde abundó sobre la riqueza de la liturgia y recordó que el sacerdote se ha consagrado no para sí, sino para una comunidad a la que debe invitar a participar íntimamente en la resurección de Cristo durante la celebración Eucarística. Indicó que es tarea de los pastores favorecer la contemplación y la adoración de la asamblea a través del respeto a la música, gestos, colores e incluso silencios de cada celebración para fortalecer la vida cristiana.

Como culmen de esta jornada, se realizó la Misa Solemne en el Estadio Carlos Iturralde, presidida Excmo. Sr. Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México, quien en su homilía dijo que es de vital importancia para los cristianos “nunca olvidar de dónde nos sacó el Señor, cuántas veces nos ha perdonado” y sobre todo, tener conciencia de que todos los creyentes de Cristo forman un solo cuerpo, por lo tanto debe acompañarse al enfermo, al excluído porque su estado físico, emocional e incluso económico afecta la realidad de la familia entera.

Igualmente comentó que la Eucaristía es un alimento que el Señor dejó a su pueblo no sólo para alimentarlo espiritualmente, sino para sanar el corazón de cada persona desde dentro, con misericordia, tal como lo hizo al llamar a San Mateo.

En el estadio se dieron cita más de 8, 500 personas entre las que se encontraban, además del Nuncio Apostólico, 17 obispos, 200 sacerdotes, 300 religiosas, 150 seminaristas y 160 monaguillos, quienes, en su mayoría, acompañaron en procesión al Santísimo Sacramento por calles de la ciudad hasta la Catedral donde hubieron eventos culturales que cerraron la noche.

0 comentarios:

Publicar un comentario