jueves, 27 de junio de 2019

junio 27, 2019
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de junio de 2019.- Vamos a hablar de arte. Tuve la oportunidad de asistir al concierto-homenaje por los 61 años de trayectoria de Pepe Arévalo, un pianista impecable. Fue algo muy precioso. El pianista celebró en grande con un concierto lleno de nostalgia y ritmo, que puso a bailar a cientos de personas la noche del viernes.
Pepe Arévalo recibió el máximo galardón que otorga la Asociación Nacional de Locutores de México, a cargo de Rosalía Buaún, quien a nombre de la ANLM y del periodista Sócrates Amado Campos Lemus, le entregó el Micrófono de Oro por su labor musical. (Enlace a video de parte del concierto y la entrega del Micrófono de Oro y un reconocimiento de los Mariachis)
Quedamos con Josué, hijo del maestro, en recabar más información. 
El concierto
Los primeros en tocar fueron los integrantes de la banda Agrupación Cariño, quienes elevaron el ánimo de los presentes gracias a su repertorio, que se ganó el aplauso de los melómanos. Presentaron su álbum "Paraíso Fiscal".


Enlace a galería de fotos del concierto.
Fue hasta las 22:33 horas cuando empezó el show estelar de Pepe Arévalo y sus Mulatos, conformados por una orquesta de decenas de músicos, con instrumentos como violín, trompetas, bajo, flauta transversal y percusiones. Este grupo de músicos presentó al anfitrión, quien derrochó talento en el piano.

A lo largo de la celebración hubo diversos invitados, el primero fue Rodrigo de la Cadena, quien hizo dueto en el tema "Urge" de manera impecable, emocionante y conmovedora, gracias a la potencia de la orquesta y la voz extraordinaria del cantante de boleros.
Ana Cirré cantó "De ti me enamoré". "Es un honor para mí estar esta noche con todos ustedes, maestro Pepe Arévalo y su magnífica orquesta, que nos han hecho vibrar por tantos años", declaró la cantante.
La cantante Rosy Arango interpretó "Que nadie sepa mi sufrir". En este punto el vocalista agradeció la presencia de sus invitados de honor: el periodista, director y editor de la revista Personae, Ramón Zurita; la presidenta de la Asociación Nacional de Locutores de México, Rosalía Buaún; el diseñador de modas Antua; el periodista y escritor Rafael Loret de Mola, y el director general de Diario Imagen, José Luis Montañez. También Jesús Chico López, María Rojo, el senador Martí Batres, Alfonso Rosas Pliego, Leticia Perdigón, Patricia Santos, la diseñadora Rocío Valencia, Sonja Hyland y Muhamed Chafiki, embajadores de Irlanda y Marruecos, respectivamente.
Pepe Arévalo recibió las felicitaciones de todos los invitados, como por ejemplo de Susana Zabaleta, quien a su llegada dijo: "¡A bailar todos!", enseguida hizo dupla en "Lágrimas negras". "Muy buenas noches a todos, estamos celebrando la música que el maestro Pepe Arévalo nos ha dado estos 60 años en los que se ha dedicado a hacer feliz a la gente, para que baile con este maravilloso arte que tiene en sus manos y que nos lo va a demostrar hasta el cansancio, un aplauso muy grande para el maestro", expresó la soprano.
Los siguientes temas los hicieron junto al maestro, el flautista mexicano Horacio Franco, que con su instrumento le dio un toque inigualable a las piezas ya de por sí hermosas. Para no quedarse con ganas, Horacio Franco permaneció en el escenario para acompañar a Pepe Arévalo también en el tema "El bodeguero", primero de manera instrumental con Horacio y su flauta, para completarla después con la lírica por todos conocida a cargo de los cantantes del grupo, pero también del Lunario repleto.
El Lunario estuvo dividido en dos partes, en una estuvieron las tradicionales mesas, donde muchos se deleitaron escuchando la música, mientras que otras personas prefirieron hacer gala de sus mejores pasos en la pista de baile, cerca del escenario.
Pepe Arévalo tocó ocho veces ante los reyes de Marruecos, Hasan II y Mohamed VI, a quienes les gustaba celebrar fin de año escuchando son montuno, rumba cubana y danzón, los platos fuertes del brillante Pepe Arévalo y sus Mulatos.
Discípulo de Rubén González y Enrique Jorrín, Pepe Arévalo fue pianista de Daniel Santos y Toña "La Negra" durante tres y nueve años, respectivamente.
También fue uno de los artífices del movimiento La Rumba es Cultura, en los años setenta, que básicamente consistía en reuniones de intelectuales en el Bar León, a unos pasos de la Catedral Metropolitana.  Pepe Arévalo, Froylán López Narváez y Francisco Catáneo eran los principales mosqueteros de aquella aventura. Por el Bar León también pasaron decenas de pintores, políticos, escritores y periodistas.
Siguieron en solitario con "Son de la loma", un clásico que calificaron como una de las insignias de la agrupación y que han bailado millones de personas alrededor del mundo. Enseguida invitaron a Rosy Arango para cantar juntos “Que nadie sepa mi sufrir”, un tema que emocionó al público a un grado tal que cantaron al unísono cada verso. "Una mexicana cantando estos temas, claro que sí, con respeto y con orgullo para todos ustedes. Gracias, maestro, por esta maravillosa oportunidad", dijo la cantante al subir al escenario.
"Caballo viejo" y "Pollera colorá" fueron las siguientes de este repertorio en casi dos horas de concierto, que por su dinamismo pasó demasiado rápido, tan es así que la gente no paraba de bailar, "¿Están cansados?", preguntaba la cantante del grupo, a lo que respondían con un contundente “No” y seguían dejando lo mejor de sus pasos en la pista de baile.
Para la recta final del show, apareció el guitarrista Javier Bátiz, quien comentó: “Vengo a festejar toda la aventura musical que ha tenido mi querido Pepe Arévalo, somos de la misma escuela, vengo desde Tijuana nada más a celebrar este día, agradezco la invitación" e interpretó "Falsaria-Oye Salomé".
El show terminó con "Pedro Navajas".
Durante 25 años, el maestro Pepe Arévalo tuvo su exitoso salón El Gran León, en el que se hicieron presentes para escuchar su música y darle brillo a la pista, personajes de la política, cultura y espectáculos
Aquella época quedó atrás y Pepe Arévalo siguió su camino con presentaciones en centros nocturnos de su propiedad, giras nacionales e internacionales, y apariciones en películas de ficheras o cómicas, como "La risa en vacaciones".
Actualmente tiene el latin bar "Oye Salomé"
Su vigencia se comprueba con un simple vistazo a la pista de baile del Lunario, donde conviven personas de todos los rumbos de la ciudad de México y del interior de la República, tal como se verifica a la hora de los saludos por parte de los cantantes, quienes musicalmente son arropados por violines, metales, batería, percusiones, flauta y bajo: un combo que expresa el singular estilo de Pepe Arévalo tiene un nombre en la historia universal de la música y sigue tan campante.
Sin lugar a dudas su himno principal es "Falsaria", que aquí la gente pide con gritos de "Oye Salomé", y que luego baila mientras musita: Conque te vendes, ¡eh!, / noticia grata. / No por eso te odio ni te desprecio, / espero que te pongas más barata / porque algún día, bajarás de precio. Y, entonces, sí, el célebre estribillo: Oye Salomé, / perdónala, perdónala.
De pronto, el Salón Lunario parece transformarse en el antiguo Bar León porque en la pista hay uno que otro intelectual de la vieja guardia, bailando tal vez con la secretaria o con el segundo frente, pues en ellos abundan las canas y, en ellas, destaca la lozanía.
Muchas felicidades al gran maestro Pepe Arévalo por celebrar en grande sus 61 años de trayectoria con un concierto lleno de nostalgia y ritmo.  (Mari Tere Menéndez Monforte / Diario Imagen)

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