sábado, 15 de junio de 2019

junio 15, 2019
Pedro Echeverría V.
1. Repite mil veces el presidente López Obrador que “el pueblo es mucha pieza”, que “con el pueblo todo, que sin el pueblo nada”.  Este tipo de frases, denuncias y acusaciones –incluso con investigaciones y muchas decenas de nombres concretos- pueden convertirse, y hay que tener cuidado, en simples palabras huecas. Repite el presidente AMLO lo que inmensa mayoría de la población señala: “el país sufre –por lo menos desde 1982- una gigantesca miseria económica, política, social,  producto de la explotación, el robo y el saqueo”. Pero después de reiterar sus frases nada sucede o, cuando más todo queda a medias.
2. En este momento deberían estar en prisión, tras la rejas, por lo menos 200 (doscientos) grandes políticos encabezados por cinco expresidentes, así como un centenar de poderosos empresarios que nunca pagaron impuestos o les devolvían lo que pagaban; sin embargo López Obrador  tampoco ha dejado de repetir que él está cristianamente  por olvidar el pasado y que sólo sancionará “la corrupción” a partir del día en que tomó posesión del gobierno. Es decir, “borrón y cuenta nueva”. Puta madre, el abogado del único perseguido, el corrupto Lozoya, señala que su defendido tenía dinero.  ¿Por qué no investigar cuánto tenía hace 15 años y cuánto tiene hoy?

3. Con mi convicción  de analista -pesimista en los últimos 15 años- me empiezo a pensar que si continúa el gobierno de López Obrador con esa posición política burguesa de “perdona todo” muy pronto se levantará el descontento, pero contra él por permitir que todo lo prometido al pueblo se le revierta: a) Unos pinches jueces corruptos que ya debió haber cesado ahora paran la construcción del aeropuerto; ) miles de altos funcionarios se oponen a la reducción de sus insultantes salarios; c) empresarios no invierten; d) conservadores derechistas le hicieron una marcha de repudio; y puta, el colmo, hasta el pinche Trump lo chantajea, le pone plazo y lo amenaza.
4. El peor desmadre es que en México también haya desaparecido la izquierda radical por envejecida, por falta de ánimo y por oportunista, al dejarse arrebatar sus banderas por la socialdemocracia o centro/izquierda. Algunas frases de los discursos de López Obrador son o parecen de izquierda, pero el partido Morena no es de izquierda; son solo seguidores de AMLO, críticos de gobiernos y funcionarios corruptos del PRI y el PAN, pero con una ideología extremadamente pobre. Espero que algún día se interesen por preguntar que son las clases sociales y la lucha de clases; qué es el imperialismo, el capitalismo y la revolución.
5. Pienso que si López Obrador no pone en primer lugar la formación masiva de sus cuadros políticos; si no logra que el 90 por ciento de los militantes de Morena entienda la enorme importancia de las grandes movilizaciones de masas para frenar la ofensiva salvaje de la clase empresarial y de los políticos corruptos; si no estudia la historia para comprender porque el pueblo ha sido oprimido por unos cuantos explotadores, Morena servirá para un carajo y entre algunos años la veremos convertirse y caer de rodilla –como todos los partidos- ante el neoliberalismo. Ya no tendrá ningún pretexto para culpar a otros de sus fracasos.
6. Coño, la burguesía es burguesía explotadora y opresora, es una clase social compuesta por individuos que pelean entre sí por mayor botín, por más altas ganancias; pero frente a los trabajadores se unen como clase: sean empresarios, políticos ladrones, jueces, medios de información, partidos de derecha; no puede ser de otra manera. Los trabajadores, por nuestra propia historia, somos sus enemigos. No deberíamos estar dispuestos, no deberíamos permitir que nos sigan explotando y oprimiendo como lo hicieron contra nuestros padres y abuelos.  Nuestros hijos y nuestros nietos deben continuar con la rebeldía hasta lograr un mundo de justicia e igualdad. (14/VI/19)

0 comentarios:

Publicar un comentario