jueves, 9 de mayo de 2019

mayo 09, 2019
MADRID, 9 de mayo de 2019.- "Arroz con pollo". Dicen ocho niños de distintos estados de Venezuela. Una respuesta aparentemente inocente a la pregunta: "¿Qué quieres comer?". Si no fuera porque es un plato que nunca han probado. Ésta es la realidad de los bebés que nacieron en 2013 -cuando Nicolás Maduro se puso al frente del país latinoamericano- y que en la actualidad sufren desnutrición.

"Son los niños que ponen el rostro a la crisis humanitaria en Venezuela", explica Sheyla Urdaneta, periodista del medio independiente El Pitazo y editora del reportaje multimedia 'La Generación del Hambre', el cual ha sido galardonado con el Premio Ortega y Gasset 2019. Según expertos, son menores "que no van a tener la capacidad intelectual, ni siquiera física, tampoco social, para poder cumplir metas, sólo van a tener sueños", agrega Urdaneta.

Arriba, Gustavo Alemán, Alma Ariza y Elsy Torres. En la escalera, César Batiz, Sheyla Urdaneta y Javier Melero De Luca.

Detrás de esta investigación, hay mucho más que ocho trágicas historias. También hay un vertiginoso salto a la falta de información pública y a la censura. "No existen datos acerca de desnutrición", subraya César Batiz, director y cofundador de El Pitazo, quien añade que fue imposible acceder a las cifras de muertes por esa enfermedad porque el Gobierno las oculta. "El Pitazo está entregándole al país y a todos los que nos leyeron unos datos que no ha dado el Estado", apostilla Urdaneta.

Este medio multiplataforma nació en 2014 y promueve la información independiente a través de diferentes vías, ya sea desde su web -tienen 90.000 visitas diarias-, con mensajes de móvil o en redes sociales -poseen 617.000 seguidores en Twitter-. Sin embargo, no escapan de la persecución del chavismo.

"Desde que llegó Nicolás Maduro al Gobierno, la censura ha crecido, así como aumentó la desnutrición, y también la autocensura por los temores, sobre todo en los medios radioeléctricos, que ha impuesto la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), que es la que los regula", dice Batiz. Además, apunta que ellos sufren el bloqueo de sus dominios y el cierre de emisoras aliadas que retransmiten sus programas radiofónicos. Son clausuradas "por su posición crítica al Ejecutivo".

Desde la jura del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, el pasado 23 de enero en un cabildo abierto, la opresión hacia los informadores también se ha incrementado. El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) venezolano registró 244 casos de violaciones al derecho de expresión en los primeros cuatro meses de este año. La ONG Reporteros Sin Fronteras sitúa en el puesto 148, de un total de 180, al país latinoamericano en su ranking de libertad de prensa.

En El Pitazo, el aumento de la censura la han "vivido con mucho temor a que agredan a nuestros periodistas", recuerda su director y sostiene que sus profesionales ya han sido objeto de hostigamientos. "No es lo mismo que amenacen a un periodista en el estado de Zulia, donde hay otros informadores, a que los amenacen en el estado de Cojedes, donde el único periodista que está haciendo una acción crítica es uno de El Pitazo, que está plenamente identificado", alerta Batiz.

Por todo ello, buscan continuamente "alternativas, opciones de seguir comunicándonos y allí es donde fortalecemos más nuestra relación con las comunidades, para que se conformen en grupos y sean nuestros oídos, nuestros ojos, nuestros replicadores", describe el director de este medio, que se ha convertido en un referente en periodismo de investigación en Venezuela. Sus profesionales -más de 60 reporteros- están presentes en todos los estados del país, haciéndose eco de su lema: "El Pitazo suena donde otros callan".

Seis de sus periodistas visitaron ayer la Escuela de Periodismo y Comunicación de Unidad Editorial, donde impartieron una clase a los alumnos del Máster Oficial en Edición, Producción y Nuevas Tecnologías periodísticas de EL MUNDO y del Máster en Periodismo de Investigación, Datos y Visualización, que dirige Antonio Rubio.

La fórmula de conectar con la población es a través de la creativa fórmula de los "infociudadanos", personas corrientes a las que forman y que desafían las trabas que pone el Gobierno al acceso a las noticias que no proceden de cabeceras oficialistas. "Cuando se va la luz, el que tenga alguna señal averigua los titulares de nuestra página web y los pega en lugares visibles", detalla Javier Melero De Luca, cofundador y miembro de la junta directiva de El Pitazo. Los "infociudadanos" también ayudan y defienden a sus periodistas.

Sortear los bloqueos de la red es complicado puesto que la estatal "CANTV es la proveedora de internet del 80% de la población", advierte Melero De Luca.

A ello hay que añadir la escasez de papel. Un obstáculo que obligó a que la histórica cabecera de El Nacional dejara de imprimir. Este periódico, al igual que El Pitazo y otras plataformas independientes surgidas a raíz de la crisis venezolana, como La Patilla, Efecto Cocuyo y Armando.info, luchan a diario contra la censura informativa reinante en territorio venezolano. (Nuria López / El Mundo)

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