domingo, 19 de mayo de 2019

mayo 19, 2019
SHANGHAI, 19 de mayo de 2019.- El parlamento de Taiwán ha sentado un precedente inédito en Asia al aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo, una decisión que confirma al enclave isleño como uno de los referentes democráticos y más progresistas de toda la región.

La normativa fue aprobada gracias al apoyo del Partido Progresista Democrático (PPD) de la presidenta Tsai Ing Wen obteniendo 66 votos a favor y 27 en contra.

Como escribía la agencia local CNA, "Taiwan hace historia" al permitir que a partir del próximo 24 de mayo las parejas del mismo sexo puedan registrar su matrimonio y tengan casi los mismos derechos que las uniones heterosexuales, aunque todavía enfrentarán limitaciones en cuestiones como la adopción o el impedimento de casarse con extranjeros.

La propia presidenta Tsai se unió de forma virtual a los miles de personas que se congregaron en la calle desafiando a la lluvia para celebrar la decisión al difundir un tuit en el que decía: "El 17 de mayo de 2019 el amor ha ganado en Taiwán. Hemos dado un gran paso hacia la verdadera igualdad y hemos hecho de Taiwán un país mejor".

Festejo ante el Parlamento.

Más de 35.000 personas marcharon hacia el parlamento por las calles de Taipei, la capital isleña, para expresar su apoyo a los diputados que se disponían a votar a favor de una medida que se ha convertido desde hace décadas en el principal reclamo de la amplia comunidad LGBTQ de Taiwán.

"Esperamos que esta sea la última vez que tengamos que venir aquí", declaró Jennifer Lu, la jefa de la coalición taiwanesa para la igualdad del matrimonio, antes de que comenzara el debate parlamentario.

Tras conocerse la noticia, muchos se abrazaron llorando mientras otros coreaban mensajes como "¡los primeros de Asia!".

La decisión de la cámara legislativa cierra el acalorado debate que generó el dictamen del Tribunal Constitucional de Taiwán, que se pronunció en 2017 a favor de los esponsales entre parejas del mismo sexo y exigió que se legislara al efecto antes del citado 24 de mayo.

La medida provocó la reacción de los grupos cristianos más fundamentalistas, muy activos en la isla, que consiguieron movilizar a sus seguidores hasta conseguir una significativa victoria en un referéndum que se celebró el pasado mes de noviembre, donde un 67 por ciento de los votantes rechazó el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Taiwán lleva décadas siendo todo un símbolo para la comunidad LGBTQ de toda la región. Su tradicional desfile del orgullo gay siempre ha sido el más concurrido de todo el continente atrayendo a decenas de miles de personas y la conocida popularidad de los bares y discotecas destinados a esta comunidad atraen a toda una plétora de visitantes foráneos.

De la misma forma, lesbianas y gays pueden servir en el ejército de Taiwán desde hace más de una década.

La adopción de la ley servirá como ejemplo para una región donde varios países se encuentran inmersos en un proceso similar y otros -como la República Popular China- se oponen decididamente a adoptar este paso.

Recientemente, Brunei decidió implementar una normativa que en teoría castiga con la lapidación las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, aunque después se retractó ante la controversia internacional que generó esa determinación.

"La acción de Taiwán debe sonar como una llamada de atención, para iniciar un movimiento más amplio en Asia que garantice la igualdad para las personas LGBT y la protección de sus derechos por parte de los gobiernos regionales", opinó Phil Robertson, subdirector para Asia de la ONG, Human Right Watch.

Sin embargo, la activa participación del PPD en esta iniciativa anticipa una posible reacción del electorado isleño más conservador en contra de la reelección de Tsai el año próximo.

En este sentido, Tseng Hsien-ying, presidente de la llamada "coalición de la felicidad para nuestra siguiente generación" -un grupo que se opone al matrimonio del mismo sexo- consideró que la votación y la actitud del gobierno supone "pisotear la voluntad del pueblo", recordando que millones de personas votaron en contra de esta hipótesis en el citado referéndum de 2018. (Javier Espinosa / El Mundo)

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