domingo, 10 de marzo de 2019

marzo 10, 2019
Eduardo Ibarra Aguirre / 11-III-19

El gobierno de la cuarta transformación, encabezado por el presidente Andrés Manuel, arriba al día número 100. Llama la atención que desplegado a todo lo que da su estilo personal de gobernar y que le permite contar con el respaldo de ocho o nueve (depende la encuesta) de cada 10 ciudadanos, en la costumbre del viejo sistema de hacer un alto para revisar lo realizado no se produjo innovación en el ritual de los tres niveles de gobierno, los tres poderes de la Unión y los órganos autónomos que con frecuencia muestran no serlo tanto.


Dos signos distintivos tiene el gobierno de López Obrador. La lucha contra la corrupción y la instauración de la austeridad republicana. Durante este lapso detonó  programas prioritarios no siempre con la adecuada implementación, orientados a recuperar un papel más activo del Estado en la asistencia social y en la economía, bajo el objetivo reiterado de poner fin a la larga noche neoliberal y desmontar sus nefastos efectos, lo que aún no tiene sustentación suficiente.

Gabinete legal y ampliado, equipo de gobierno, que simultáneamente es fuente de buena parte de los errores y omisiones que alimentan el quehacer informativo y desinformativo de la llamada “prensa fifí” y que por lo visto está en vías de acostumbrarse al nombre y asimilar que el conductor de las exitosas mañaneras tiene derechos y los ejerce para colocar a sus críticos de oficio y de beneficio en su lugar, a veces con algún exceso.

En el plano económico las principales variables permanecen bajo control y resistieron la incertidumbre de la transición en cuanto a inflación, paridad cambiaria y comportamiento bursátil, ello a pesar de decisiones tan polémicas hasta hoy como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México. Pero las calificadoras –que no tienen quien las califique– exhiben la diferencia con la visión gubernamental del rumbo de la economía que pretende un cambio que ellas estiman “radical” porque lo leen como el fin de la era neoliberal, lo cual es una exageración.

AMLO teje alianzas muy importantes con el decisivo sector empresarial a pesar de las críticas severas que recibió por algunas organizaciones tras la decisión sobre el aeropuerto, bajo el irrebatible argumento de que para acelerar el crecimiento económico no es suficiente la inversión pública. Pero todavía no se refleja en inversiones, además de que las proyecciones del Banco de México y sectores financieros disminuyeron las expectativas de crecimiento de la economía al punto más bajo en años, lo que el presidente atribuye a la incomprensión de la lucha anticorrupción. Y existe la crítica de los que no comparten la creación del consejo asesor con varios de los magnates mexicanos.

Centenar de días de contrastes y confrontaciones en que la popularidad presidencial creció notablemente con sus primeras acciones de gobierno (combate al huachicol y Guardia Nacional) que consolidaron su liderazgo en muchos sectores de la sociedad, pero también de encono entre los que AMLO denomina adversarios: los conservadores, y que antes llamaban círculo rojo, sólo que con influencia de partidos opositores que aún no cumplen con su función y ONG influenciadas por aquellos y/o irritadas por el retiro de recursos públicos.

100 días que, como todo en la vida realmente existente, están sellados por claroscuros y en los que, salvo su mejor opinión, predominan los claros por sobre los oscuros, a los que volveremos tras que el presidente Andrés Manuel comparta su propia visión en Palacio Nacional.

Acuse de recibo

De “Carlos Mendiola Yáñez. Eduardito, sólo acusas recibo pero no planteas debate, te pregunto, si en alguna visita de tu demente senil, lo abuchearan a quién le echarías la culpa, de seguro al góber y a su equipo, así que cuál es la lógica de los abucheos de tu macuarriza. Si no quieres debate, en cada opinión tuya debes probar y de acuerdo a otros periodistas vamos a ver qué tan cierto es lo que opinas tú. Sale. (https://www.sdpnoticias.com/nacional/2019/03/07/utopia-gobernadores-repudiados)... Pregunté al colega Gerardo Fernández Casanova, de Cuernavaca, Morelos, sobre el parentesco entre el activista social asesinado el pasado 20 de febrero en Amilcingo, Samir Flores, conductor de Amanecer Ranchero, de la radio comunitaria Amilzinko, y Vinh Flores Laureano, debido a que el parecido es notable. “Sí, era su sobrino directo, además de su pupilo sucesor en la lucha”, recibí como respuesta... Vinh Flores fue un destacado activista de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México –que resistió la embestida de Gustavo Díaz Ordaz en 1969–, y de la Juventud Comunista de México, propició la creación del municipio de Temoac, la Normal Rural para mujeres en Amilcingo, el Centro de Estudios Técnico Agropecuarios 39 en Temoac y la Unión de Ejidos Emiliano Zapata. Fue asesinado el 12 de marzo de 1976, a los 26 años de edad… Cartón de Hernández: https://www.jornada.com.mx/2019/03/07/cartones/4

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