lunes, 11 de febrero de 2019

febrero 11, 2019
Pedro Echeverría V.

1. Son muy pocos los políticos que poseen convicciones ideológicas acerca del mundo que los rodea. Casi todos se pasan la vida repitiendo lo último que escucharon;  y hay muchos más que no repiten, simplemente actúan siguiendo las ideas de los propagandistas. La población mexicana, después de la revolución burguesa mexicana de 1910-17, que prometió que ayudaría al pueblo a liberarse y con ello lograr buenas condiciones de vida, después de mil campañas políticas –que debieron elevar el nivel de comprensión política, económica y social para conseguir que México fuera uno de los países de mejor nivel de comprensión-, después de más de un siglo, sigue siendo un repetidor.

2. Tengo la impresión de que el presidente López Obrador está enredado en definir las posiciones políticas e ideológicas. La IV Transformación es hasta hoy, sólo un objetivo, una consigna movilizadora con muy buenas intenciones y deseos que, para que se logre, se necesita muchísimo. ¿Fueron realmente un triunfo de México la Independencia que ganaron los conservadores, la Reforma que abrió las puertas del latifundismo y una Revolución que consolidó el poder de la burguesía? Yo digo que hay que apoyar en todo lo posible el gobierno de López Obrador para impedir que esa 4-T se quede a mitad del camino como las tres Transformaciones que la precedieron.

3. Señala López Obrador, rechazando las posiciones del derechista PAN y de la izquierda de profesores de la CNTE, “que los extremos se tocan”, que se unen para combatir las posiciones de él que al parecer son “verdaderas” por centristas. La izquierda extrema exige a López Obrador que cumpla sus promesas con el pueblo; que avance rápido para que menos cantidad de integrantes del pueblo muera de miseria y hambre; así mismo critica a López Obrador por temeroso a los expresidentes y a más de 200 priístas y panistas coludidos con ellos que deberían estar en la cárcel; entonces, no se unen izquierda y derecha, sino que coinciden en el momento de presentar sus diferentes demandas.

4. Parece que López Obrador busca la posición de “centro” que durante décadas –de 1929 hasta 1982- representó el PRI. El PRI subsidiaba abiertamente a la derecha y la izquierda  y en sus posiciones políticas nacionales e internacionales jugaba con los dos, así que todos tendían a la política centrista, “de unidad” y quien no coincidía pues era extremista. El pueblo mexicano, inyectado por los medios de información, es de derecha; pero pensando en sus demandas salariales, de educación, de salud, de justicia, lucha social, de igualdad, esas demandas son de izquierda. La derecha, por el contrario, ha defendido siempre a los empresarios, a los ricos, la desigualdad, los privilegios de minorías, el dinero y el poder.

5. La extrema derecha llega a la desigualdad extrema, al fascismo, el racismo; por el contrario, la extrema izquierda, busca la igualdad en todos sus niveles, el socialismo, el comunismo, su obligación el luchar contra cualquier tipo de discriminación porque piensa que todos los seres humanos son iguales y deben tener las mismas oportunidades. Aprendí como dogma desde los 19 años, todavía en los múltiples manuales de marxismo de Nikitín, Afanasiev, Constantinov y lo más moderno Martha Harnecker, que en la sociedad capitalista sólo habían dos clases sociales que se enfrentaban a muerte y que las clases medias se movían entre las dos cayendo la mayoría en la pobreza del proletario, y una minoría luchaba por acomodarse entre la burguesía explotadora.

6. El millón y medio de maestros mexicanos no pertenece a la burguesía. Muchos de ellos, engañados de que pueden ser ricos, durante décadas imitan el estilo degenerado de vida de los ricos explotadores, buscando acomodarse. Pero la enorme mayoría de los maestros están más comprometidos con la educación, con la comunidad y hacen causa común con sus alumnos y sus padres pobres y miserables. Estos maestros jamás podrán coincidir con la derecha por sus orígenes de clase social. Así que no confundan izquierda con derecha; ni tampoco piensen que se puede ser de “centro” para proclamar una falsa unidad.  López Obrador no podrá confundirse porque la inteligencia que ha demostrado demuestra que su camino está a la izquierda. (11/II/19)

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