miércoles, 13 de febrero de 2019

febrero 13, 2019
BOSTON, Massachusetts, 13 de febrero de 2019.- Un grupo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) desarrolló una cápsula que podría usarse en la administración de dosis orales de insulina.

El nuevo estudio señala que la píldora, del tamaño de un arándano, liberaría insulina en el estómago de las personas, lo que podría reemplazar las inyecciones diarias en los pacientes con diabetes tipo 2.

Según la información del MIT, este desarrollo contiene una pequeña aguja hecha de insulina comprimida, la cual se inyecta después de que la grajea llega al estómago.

Durante las pruebas en animales, los científicos demostraron que se podía administrar suficiente medicamento para reducir el azúcar en la sangre a niveles comparables a los generados por las inyecciones a través de la piel.

(Twitter del MIT)

Los resultados también arrojaron que el dispositivo se puede adaptar para la administración de otros fármacos proteicos.

"Tenemos muchas esperanzas de que este tipo de cápsula pueda algún día ayudar a los pacientes diabéticos, y quizás a cualquiera que requiera terapias que ahora únicamente pueden administrarse mediante inyección o infusión", indicó Robert Langer, uno de los autores principales del estudio.

Los científicos del MIT explicaron que cuando la punta de la aguja se inyecta en la pared del estómago, la insulina se disuelve a una velocidad controlada. En este estudio, tomó cerca de una hora para que todo el medicamento fuera liberado en el torrente sanguíneo.

En las pruebas, los especialistas demostraron con éxito la administración de hasta 300 microgramos de insulina. No obstante, pudieron aumentar la dosis a cinco miligramos, dosis comparable a la cantidad que se inyecta un paciente con diabetes tipo 2.

Los expertos reportaron en el artículo publicado en la revista "Science", que no hallaron efectos adversos en el uso de la cápsula, hecha de polímeros biodegradables y componentes de acero inoxidable. Además, la píldora puede pasar sin contratiempos a través del sistema digestivo.

El equipo de MIT continuará con la optimización del proceso de fabricación de las cápsulas. (NTX)

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