lunes, 7 de enero de 2019

enero 07, 2019
LOS ANGELES, 7 de enero de 2019.- En un año especialmente difícil para las predicciones en los premios de Hollywood, los Globos de Oro decidieron ignorar a los favoritos y premiaron a Bohemian Rhapsody como mejor drama y Green Book como mejor comedia. La decepción fue mayúscula para la película con más nominaciones, El vicio del poder, y para uno de los fenómenos de crítica y público del año, Ha nacido una estrella, que solo ganó la de mejor canción. En medio de las sorpresas, la 76ª edición de los Globos de Oro sí aupó como se esperaba a Roma, el drama de Alfonso Cuarón, que se llevó dos premios.

Roma triunfó dentro de las posibilidades que le daban las reglas de los Globos de Oro. Relegada a la categoría de mejor película extranjera, se llevó ese premio. Pero además Alfonso Cuarón ganó por la mejor dirección frente a Bradley Cooper, Adam McKay, Spike Lee y Peter Farrelly. La sonrisa de Ted Sarandos, jefe de contenido de Netflix, lo decía todo. La plataforma online ha conseguido que todo Hollywood vea esta película y el logro de Cuarón tiene a la industria a sus pies. Esta es la apuesta de Netflix para conseguir su primer Oscar a la mejor película. Los Globos de Oro no tienen nada que ver con los premios de la Academia, pero el triunfo de Cuarón indica que ha logrado el impacto necesario.
Alfonso Cuarón con el Globo de Oro al mejor director. REUTERS

Las dos veces que subió al escenario, Cuarón dio las gracias a las mujeres que sostienen la película y que interpretan a la nana de su infancia y a su madre. “Siento que estoy engañando un poco al aceptar este premio porque mucho de lo que hice fue ser testigo de Marina de Tavira y Yalitza Aparicio. Esta película la dirigieron Libo [la asistenta de su infancia en la que se inspira la protagonista], mi madre y mi familia, y sobre todo este lugar que me creó. Muchas gracias, México”.

Ese el segundo Globo de Oro a la mejor dirección para Cuarón, que ganó en 2013 por Gravity. Desde entonces, lo han obtenido también Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro. Cuarón continúa la asombrosa saga de los directores mexicanos en Hollywood en la última década. Todos los premios anteriores son para largometrajes de las majors dirigidos por mexicanos. Esta no. “Este premio tiene más significado porque es una película mexicana, en español y mixteco, blanco y negro y sobre un personaje invisible en el cine y en la sociedad”, dijo Cuarón después, en la sala de prensa.

El vicio del poder, la película con más nominaciones de la noche, fue desbancada en mejor comedia  por Green Book. Peter Farrelly dirige a una de las parejas del año en la pantalla, Viggo Mortensen y Mahershala Ali, en un viaje por el sur profundo de un Estados Unidos segregado a principios de los años sesenta. La película, inspirada en una historia real, lanza un mensaje optimista de concordia que Farrelly quiso traer a los tiempos actuales cuando aceptó el premio. El filme recibió además el premio al mejor guion y el de actor secundario para Ali.

De izquierda a derecha, Brian May, Rami Malek y Roger Taylor. REUTERS

En el caso de Bohemian Rhapsody, la sorpresa fue absoluta en el hotel Beverly Hilton. El premio a Rami Malek entraba en las quinielas. Pero el premio conseguido por encima de Ha nacido una estrella, Black Panther o Infiltrado en el KKKlan, no. La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood decidió asumir el papel de outsider en esta temporada. Si hay unos premios donde dan igual los convencionalismos y las quinielas, son estos (los votan 88 personas). Pero la apuesta es muy arriesgada, y no solo desde el punto de vista de la calidad. En pocos minutos, las redes sociales estaban recordando que el director de la película, Bryan Singer, ha sido denunciado por violación a un menor. Él niega los hechos.

Christian Bale se llevó el premio al mejor actor de comedia por la increíble presencia que logra en El vicio del poder interpretando al exvicepresidente Dick Cheney. Es la interpretación más aclamada del año junto con las de Bradley Cooper (con el que no competía) y Viggo Mortensen. Las transformaciones físicas suelen seducir a los jurados de los premios y la de Bale es de las mejores que se recuerdan. “Voy a hacerme con el mercado de gilipollas sin carisma”, dijo Bale en el escenario. “¿Qué tal Mitch McConell?” soltó, en referencia al factótum republicano en el Senado de Estados Unidos. De paso, dio las gracias a “Satán” por la inspiración para el personaje.

El premio a la mejor actriz en un drama fue para Glenn Close en La buena esposa. Close, de 71 años, recogió el premio entre lágrimas. “Pienso en mi madre, que se pasó la vida cuidando de mi padre. En sus 80 me dijo creo que no he conseguido nada. Se espera de nosotras que seamos cuidadoras, pero tenemos que encontrar el tiempo para decir yo puedo hacer eso y voy a hacerlo”. Fue el momento más emocionante de la fiesta.

La pareja más buscada de esta temporada de premios, Bradley Cooper y Lady Gaga, se quedó sin premios a las interpretaciones. El Globo de Oro al mejor actor de drama fue para Rami Malek por transformarse en Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody. Brian May y Roger Taylor estaban sentados en el patio de butacas.

Lady Gaga se quedó sin premio como actriz, pero subió al escenario a recoger el premio a la mejor canción por Shallow. La canción, que firma con Mark Ronson, es algo más que un acompañamiento de Ha nacido una estrella; es por sí misma uno de los momentos más emotivos de la película y una de las patas de la historia. La mejor banda sonora fue para Justin Hurwitz, el cerebro detrás de La La Land, por la música de First Man (El primer hombre). Se imponía al enorme reto de El regreso de Mary Poppins, para la cual Marc Shaiman ha creado una banda sonora completamente nueva.

El rumor en Hollywood es que la Academia de Cine, tras el fiasco de Kevin Hart, se está planteando hacer unos Oscar sin presentador. Cada semana que pasa es más difícil que alguien acepte el trabajo con tan poco tiempo para prepararlo. Los cómicos Andy Samberg y Sandra Oh, con su olvidable trabajo de presentadores en estos Globos, demostraron este domingo que es perfectamente posible.

Sandra Oh, sin embargo, brilló por derecho propio en la gala al recibir el premio a la mejor actriz en un drama de televisión por Killing Eve. El premio le llegaba después de haber dado un sentido discurso sobre la importancia que una película que ha reventado la taquilla de Estados Unidos como Crazy Rich Asians ha tenido para la representación de los asiáticos americanos en Hollywood.

En 1952, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood estableció un premio honorífico que llevaría el nombre de Cecil B. De Mille, uno de los titanes que inventaron Hollywood. El primero que recibió el premio fue el propio De Mille. Este año, el grupo inauguró un premio a toda una carrera en televisión con el nombre de Carol Burnett. Lo recibió -no podía ser menos- Carol Burnett, a los 85 años. Calificarla de leyenda de la televisión americana es poco. La primera mujer en tener un programa propio, ganadora de una docena de premios entre Globos de Oro y Emmys. “A veces sueño con ser joven de nuevo y volver a hacerlo todo”, dijo Burnett desde el escenario. “Y luego me doy cuenta de la suerte que tuve de estar allí en el momento en que todo empezaba”.

El premio honorífico en cine lo recibió Jeff Bridges. Chris Pine lo llamo “your dudeness”, broma intraducible con el personaje de The Dude (El nota) de El gran Lebowski, película de culto que convirtió en leyenda hace 20 años a un actor que ya tenía una carrera de primer nivel (La última película, Tron, Starman, Los fabulosos Baker Boys, El rey pescador, Tucker: el hombre y su sueño…). Dio las gracias a Peter Bogdanovich, el director que lanzó su carrera, y a los hermanos Coen, que le dieron el papel de su vida. Los premios honoríficos tienen que ser indiscutibles para funcionar. Los dos de este domingo lo eran.

En televisión, el reinado de The marvelous Ms. Maisel dejó paso a El método Kominsky, una estupenda comedia de capítulos de media hora de Netflix sobre la amistad de dos viejos amigos de Hollywood. Rachel Brosnahan se llevó el Globo de Oro por su papel de Ms. Maisel, pero Michael Douglas recibió el premio por su Sandy Kominsky. La serie es la mejor comedia del año para la Asociación de la Prensa Extranjera, que se precia de descubrir cosas nuevas al público en los galardones de televisión. No pudo hacerlo en las otras dos categorías. El mejor drama fue para The Americans, en su despedida, y la mejor miniserie, El asesinato de Gianni Versace, dos trabajos ya premiados en los Emmy. (Pablo Ximénez de Sandoval / El País)

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