ESTADOS UNIDOS, 1 de diciembre.- George Bush padre, el presidente que selló el fin de la Guerra Fría y derrotó a Sadam Hussein en la Guerra del Golfo, falleció este viernes por la noche a los 94 años. Nacido en el seno de una familia patricia de Nueva Inglaterra, representaba un republicanismo moderado y pragmático que echa chispas en su contraste con la era de Donald Trump. Sus cuatros años de mandato en la Casa Blanca (1989-1993) quedaron marcados por las turbulencias de la política exterior, que navegó con éxito y le concedieron altos niveles de popularidad, pero la economía y su falta de carisma le impidieron salir reelegido. Llevaba varios años de salud muy delicada, aquejado de la enfermedad de Parkinson. Su esposa, Barbara, con la que estuvo casado 73 años, había fallecido el pasado abril. Entre sus hijos figura un expresidente y un excandidato presidencial. Ha caído el patriarca de una de las grandes dinastías políticas americanas.
Antes de llegar a la presidencia, George Herbert Walker Bush (Milton, Massachusetts, 1924), había sido de todo en la vida pública: congresista, embajador ante las Naciones Unidas y en China, jefe del Partido Republicano, director de la CIA y vicepresidente de la era Reagan. Labró su carrera política y empresarial en Texas, a donde se había mudado muy joven, pero provenía de la Nueva Inglaterra de la derecha moderada y la izquierda exquisita y encarnaba la quintaesencia del hoy denostado establishment. Su padre era un rico empresario del acero, amén de senador y broker en Wall Street, que jugaba a golf con Dwight Eisenhower. A los 18 años, cuando el guión no escrito de su vida mandaba ir a Yale y comenzar en el mundo de los negocios, decidió alistarse en el Ejército y fue condecorado como piloto en la Segunda Guerra Mundial. Al regresar, se graduó en Yale y se casó con Barbara, su novia desde la adolescencia. Él tenía 21 años y ella 20.