Pedro Echeverría V.
1. Cuando se pone en práctica una medida de gobierno que coincide con lo que uno piensa nadie reclama consulta; cuando no coincide es cuando se exige “consulta”. Si se realiza ésta y se pierde jamás faltarán las protestas contra las trampas que suelen hacerse, aunque también pueden ser ciertas. Surgen los argumentos y sus contras, pero reclamos siempre habrán. Yo en vez de las consultas de masas, donde las clases están irremediablemente enfrentadas, prefiero las decisiones de especialistas, técnicos, limpiándolas lo más posible de las posiciones ideológicas. En última instancia, en las consultas masivas siempre triunfan quienes mejores estrategias políticas ponen en práctica.
2. Nunca me han convencido las llamadas “consultas al pueblo” porque “el pueblo” no participa, sólo lo hacen sus “representantes” y porque en el resultado de las preguntas casi siempre triunfan las propuestas de sus organizadores. Por ello todos los que imponen una medida, repiten que “sí consultaron” y para ello están los medios de información para decir “sí” o “no” según quien les pague. La última consulta fue la electoral presidencial que, como se reconoce: fue un absoluto repudio de la población a los tres partidos (PRI, PAN, PRD) que en los últimos 18 años –por lo menos- le han robado, engañado, defraudado y (sobre todo) mantenido en la pobreza, la miseria y el desempleo.