miércoles, 28 de noviembre de 2018

noviembre 28, 2018
Pedro Echeverría V.

1. López Obrador (AMLO) el 1 de julio obtuvo más del 53 por ciento de los votos para obtener  la Presidencia de México; además su partido (Morena) logró la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, las gubernaturas de 4 de los 8 estados en juego, así como la mayoría en las Cámaras de diputados y senadores. Por ello  piensa, como ha venido llamándole, que su gobierno será “La cuarta transformación del país”. La primera fue “La independencia de 1810-21”; la segunda “La Reforma de 1856-72” y la tercera “La revolución de 1910-17”. No está mal lo de la “Cuarta transformación” vista como un objetivo, como un reto, como una lucha, que impulse a cumplir demandas e incluso, para beneficio del país y sus trabajadores, “hacer posible lo imposible”.

2. Sin embargo no es nada fácil gobernar en medio de este huracán que se desató después del triunfo electoral de AMLO y la clausura de la construcción del aeropuerto de Texcoco. La rebelión de la derecha empresarial y política, usando sus organizaciones, sigue su marcha a pesar de sus disfraces. A partir del día de la toma de posesión la derecha no perderá alguna oportunidad para arreciar su campaña usando a los medios de información a su total servicio. Hoy se publica que el muy corrupto gobernador de Michoacán (el tal Aureoles) del PRD/PRI, no cuenta con presupuesto para pagar salarios y aguinaldos de fin de año y pide más de 2 mil millones de pesos.  Por qué esperó tanto tiempo para decir que estaba en bancarrota. ¿Acaso no está listo para ir a la cárcel?

3. Hoy el colmo en el gobierno de López Obrador es pedir aumento de presupuesto cuando lo que tiene que hacerse es disminuirlos. ¿Cómo aumentar los ingresos miserables de trabajadores, jubilados, becarios, inhábiles, sino se acaba con la injusticia insultante de pagar salarios superiores a los del presidente de la República? López Obrador cobrará un salario mensual de 108 mil pesos (el dólar está 20 pesos) y el salario mínimo del trabajador es de menos de 3 mil pesos al mes; pero un juez cobra medio millón de pesos cada 30 días, un funcionario del INE unos 400 mil, los partidos se llenan las bolsas, un rector casi 200 mil y privilegiados universitarios 100 mil o más.

4. Menos de 100 pesos diarios ganan los trabajadores en ocho horas de terrible explotación; apenas les alcanza para no morir de hambre junto a su familia; es lo que explica que se prefieran ser asaltantes o ladrones que al fin es lo mismo que hacen los privilegiados de “cuello blanco”. Por ello, si López Obrador cumple sus promesas de bajar TODOS los grandes salarios y subir TODOS los bajos salarios, además de darle a quienes no tienen ingresos, sería su gobierno absolutamente justo porque estaría más cerca de acabar con la desigualdad. Pero además, si logra unificar a grupos y organizaciones que movilicen a la sociedad y paralicen las calles en caso necesario, logrará un gran respeto.

5. Veo el ridículo que hacen los del PAN, PRI, PRD, exigiendo cosas que en sus décadas de gobierno –siempre para beneficiar a los empresarios- hicieron pésimamente mal llevando a mayor miseria, desempleo, emigración y desesperación a la población. Por ello propondría una tercera consulta a la población: ¿Estarías de acuerdo en la revisión de la riqueza de los 300 hombres más poderosos de México en bancos y paraísos fiscales con el fin de que entreguen la mitad de esas riquezas producto de la explotación, los negocios y demás transacciones, con el único fin de crear empleos? Además urge una profunda investigación con el fin de crear los impuestos adecuados. (28/XI/18)

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