jueves, 22 de noviembre de 2018

noviembre 22, 2018
NUEVA DELHI, India, 22 de noviembre de 2018.- Un grupo de aborígenes mató a un turista estadounidense que se había aventurado a llegar a una remota isla india en el archipiélago de Andamán, en el Océano Índico, y a la que está prohibido acceder para proteger al pueblo indígena que la habita, informó hoy a Efe una fuente oficial.

El 21 de octubre, @johnachau publicó que estaba viajando a la región. Diversos medios de Estados Unidos le presentaron como un misionero cristiano. Él se describía a sí mismo como un aventurero; una persona con ganas de descubrir el mundo.

"La persona que fue es un ciudadano estadounidense y fue visto por última vez el 16 de noviembre por los pescadores que lo acompañaron en su camino a la isla" de Centinela Norte, explicó Jatin Narwal, portavoz de la Policía de Andamán, en la Bahía de Bengala.

Los pescadores que llevaron al estadounidense a la isla informaron a un "amigo local" de la víctima, quien a su vez alertó a las autoridades, precisó la fuente.


La Policía realizó entonces una investigación que determinó que el turista murió a manos de los aborígenes, que son muy hostiles y no tienen contacto con el mundo exterior, si bien por el momento desconocen la manera en la que pereció, aunque según medios locales la víctima falleció por el impacto de flechas poco después de tocar tierra.

"La isla de Centinela Norte es un área prohibida, la entrada en esta isla está restringida bajo la regulación para la Protección de las Tribus Aborígenes, nadie tiene permitido ir allí", dijo el portavoz policial.

Según la ONG Survival International, en 2006 aborígenes de Centinela Norte, que han habitado la isla durante aproximadamente los últimos 55.000 años, acabaron con la vida de dos pescadores que se aproximaron a su orilla.

La población aborigen en las islas Andamán asciende a 28.077 individuos, según datos de la Comisión Nacional para las Tribus (NCST).

Las islas Andamán y Nicobar, situadas a unos 1.000 kilómetros del subcontinente indio, eran hasta la época colonial escasamente visitadas, por lo que las tribus pudieron mantener intacta su forma de vida.

En la actualidad, la mayoría de andamaneses reside en asentamientos habilitados por el Gobierno indio, del que dependen para obtener comida y refugio, aunque todavía quedan tribus que viven aisladas y basan su subsistencia en la recolección y la caza. (EFE)

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