martes, 9 de octubre de 2018

octubre 09, 2018
WASHINGTON, 9 de octubre de 2018.- Nikki Haley, la embajadora de EEUU ante la ONU y uno de los personajes más respetados e influyentes del equipo de Donald Trump, deja el cargo de manera inesperada a final de año. Así lo ha anunciado este martes en una comparecencia conjunta con Donald Trump. La salida de Haley abre una incógnita en el equipo de Trump, aunque parece que se produce con la aquiescencia del presidente.

Una posibilidad que baraja la prensa estadounidense es que Haley vuelva a la política nacional, donde parece tener un tremendo recorrido. Tras reunirse con Trump, ambos han comparecido ante la prensa en la que el presidente ha declarado que "ella es una persona a la que aprecio mucho". Ambos, sin embargo, han descartado especificar quién será su sucesor o cuáles son sus planes de futuro. "Te echaremos de menos. Has hecho un trabajo tremendo", ha declarado Trump en presencia de la embajadora en el Despacho Oval.

Donald Trump estrecha la mano a Nikki Haley en el Despacho Oval tras anunciar su salida. (AFP)

Haley ha sido uno de los miembros más sólidos del equipo de Donald Trump y una excelente 'cara' para presentar a la comunidad internacional políticas que a menudo son controvertidas o directamente impopulares. A pesar de que durante la campaña fue una dura crítica del actual presidente, y de que incluso los republicanos anti-Trump trataron de convencerla de que presentara su candidatura a la Casa Blanca (es mujer y minoría, ya que es de origen indio), después se ha revelado como una colaboradora muy próxima al jefe del Estado, hasta el punto de que, según el periodista Michael Wolff, autor del libro 'Fuego y Furia', ambos han tenido una relación extramatrimonial, un extremo al que la prensa estadounidense no ha concedido ninguna credibilidad.

En la ONU, Haley ha destacado por defender la posiciones de Trump en áreas comoIsrael, Palestina, Corea del Norte, y la reforma de las propias Naciones Unidas. La ya ex embajadora ha exhibido una más que notable habilidad diplomática al conseguir 'vender' las ideas de Trump, a pesar de que éstas chocaban con las de muchos de los aliados de EEUU. Haley, política al fin y al cabo, tampoco ha ahorrado gestos de cara la galería, como cuando abandonó de manera ostensible el Consejo de Seguridad en mayo pasado cuando el representante palestino hablaba de la matanza de 70 manifestantes por las fuerzas de seguridad israelíes.

Una de las aparentes ventajas que ha tenido Haley es estar en Nueva York, a casi 500 kilómetros de la sede del Gobierno de Trump y su constantes intrigas, crisis y remodelaciones. (Pablo Pardo / ABC)

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