martes, 30 de octubre de 2018

octubre 30, 2018
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de octubre de 2018.- Como bien sabes, elegir una carrera de acuerdo a los gustos y aptitudes es importante, pues será a lo que te dedicarás el resto de la vida, a veces una mala decisión puede conllevar a eventos nada agradables.

Recientemente se dio a conocer la historia de Yudy Pineda, una joven colombiana de 28 años de edad que dejó los hábitos de monja para convertirse en estrella porno.

Sí, es en serio, no estamos bromeando. De acuerdo con Caracol Radio, decidió abandonar la vida de celibato y los estudios religiosos luego de enamorarse de un catequista.

Agobiada y confundida por sus sentimientos, la entonces monja decidió decirle 'adiós' al camino de Dios y luego de un trabajo fallido en una empresa de lácteos, entró al negocio de las 'webcamers' para ganar dinero.


"Conocí un chico que daba la catequesis para preparar a los niños para la primera comunión y me enamoré de él. Entonces decidí no estar más en la vocación. Hablé con la hermana y le dije que no era correcto lo que estaba haciendo, me había enamorado, y me salí del convento".

Al principio comenzó a ganar bastante bien por trabajar ocho horas al día, sin embargo, luego de un tiempo, se dio cuenta con preocupación que el dinero no era suficiente.

En aquella época conoció a Juan Bustos, director de cine para adultos que se dedicaba a profesionalizar a estrellas XXX y le ofreció trabajo.

Al principio se sentía culpable de hacer porno, pero luego fue acostumbrándose.

Pese a su nuevo empleo, Yudy sigue acudiendo a la iglesia, a misa y a confesarse con el padre, a quien le suele pedir perdón con frecuencia por masturbarse y por aparecer en películas pornográficas. 

Al principio me sentía mal, pero ya no. Me siento súper bien cuando voy. Siento mucha paz, mucha tranquilidad. Cuando entro, trato de ir lo más decente que pueda. Tampoco falto los viernes al grupo de oración, los sábados de vigilia y los domingos a misa", contó.

Según su testimonio, lo más complicado fue explicarle a sus hijos su nuevo empleo. (Excélsior)

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