lunes, 6 de agosto de 2018

agosto 06, 2018
PARÍS, 6 de agosto de 2018.- El chef francés Joël Robuchon ha muerto este lunes a los 73 años en su casa en Ginebra, Suiza. El llamado "cocinero del siglo", el hombre que revolucionó la alta cocina francesa, que ostentaba —con una treintena— el récord absoluto de estrellas Michelin y que era un apasionado de España y de Japón, países que le inspiraron para muchos de sus numerosos proyectos, falleció a causa de un cáncer de páncreas contra el que luchaba desde hace más de un año, según el diario Le Figaro, que ha adelantado la noticia.

El portavoz del Gobierno francés, Benjamin Griveaux, confirmó poco más tarde su deceso. "Joël Robuchon, un chef visionario y el que tenía más estrellas del mundo, nos ha dejado hoy. De París a Shangái, su savoir-faire convertido en arte hizo brillar la gastronomía francesa y continuará inspirando a las jóvenes generaciones de chefs", escribió en un mensaje en Twitter. No fue más que uno de los primeros homenajes en cascada que recibió el fallecido chef, maestro para varias generaciones de cocineros en Francia y en el extranjero. El chef del Elíseo, Guillaume Gomez, considerado "embajador de la gastronomía francesa", lamentó la pérdida de un cocinero "inmenso" y "riguroso" que fue el "mayor técnico que ha conocido la cocina francesa".

Robuchon, que tenía 73 años, fue calificado el “chef del siglo” por la guía de cocina ‘Gault et Millau’ en 1990, poseía restaurantes en ciudades como París, Mónaco, Hong Kong, Las Vegas, Tokio o Bangkok, y era considerado como uno de los padres de la nueva cocina internacional.

Pese a su enfermedad, que combatió con una gran discreción, Robuchon se mantuvo activo hasta casi el último momento. El último de sus múltiples negocios lo abrió esta misma primavera en París, un salón de té, pastelería y bar de sake en una de las zonas más elegantes de la capital francesa con el que rendía homenaje a uno de sus países favoritos, Japón.

El otro era España, donde no solo residió una temporada, sino que también le inspiró y donde trabajó con muchos de sus grandes cocineros. Hace solo tres años, en entrevista con EL PAÍS, reivindicaba las tapas como "el modelo del futuro". Uno de sus conceptos que mayor fama internacional le dieron, L’Atelier, está precisamente basado en el formato del tapeo español y en el de los bares de sushi japoneses, con la cocina abierta a la vista del cliente.

"Cuando me preguntaban por un buen restaurante, me di cuenta de que conocía sitios donde se comía muy bien, pero que carecían de alma. Y otros con muy buen ambiente, pero unos platos terribles. Los únicos lugares donde se armonizaban ambas cosas eran los locales de sushi de Japón y los de tapas de España", contaba entonces a este periódico. "Copié la idea y puse la cocina delante para que el cliente viera cómo se elaboraban los platos". En ese momento, tuvo otra idea que revolucionó la cocina, un mundo cada vez más abierto a la experimentación en el plato pero no tanto a la hora de trastocar tradiciones, que es precisamente lo que hizo Robuchon al imponer que sus chefs vistieran de negro. "Si el cocinero iba de blanco llamaba demasiado la atención. Pedí que los vistieran de negro. En Francia me dijeron que no tenía derecho a hacerlo. Pero desde entonces, el 80% de los cocineros del mundo visten así", recordaba.

Nacido el 7 de abril de 1945 en Poitiers en el seno de una familia modesta y profundamente católica, su primera vocación fue la Iglesia. Con solo 12 años ingresó en el seminario con la idea de convertirse en cura. Fue precisamente allí, cuando ayudaba a las monjas a preparar las comidas, cuando se dio cuenta de cuál era su verdadera pasión. A los 15 empezó un aprendizaje en las cocinas que en pocos años le permitieron conquistar las máximas cumbres de la gastronomía francesa e internacional. En 1976 fue nombrado Meilleur Ouvrier de France, un título que solo ostentan algunos de los mejores cocineros de Francia. Una década más tarde, en 1987, fue coronado como "chef del año" y, en 1990, como "cocinero del siglo". Con una treintena en su haber, Robuchon era además el chef con más estrellas Michelin del mundo.

Creador de platos delicados como la tarta de trufas, la crema de coliflor al caviar o los raviolis de langostinos, paradójicamente lo que más fama internacional le dio fue su puré de patata, un "icono de los años 80", según Le Figaro, al que The New York Times llegó a dedicar páginas enteras. "Una locura", se reía con EL PAÍS décadas más tarde. (Silvia Ayuso / El País)

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