lunes, 13 de agosto de 2018

agosto 13, 2018
Pedro Echeverría V.

1. Hablar de Marx es –para muchísimos- como hacerlo de Cristo, Mahoma, Yahvé, por el lado de los dioses, o de Darwin, Lamarck o Newton, por el campo de los científicos. Nació en 1818 (hace 200 años), pero de 1843 hasta su muerte 40 años después, estudió, investigó, escribió, con tal intensidad y profundidad sobre economía, historia y filosofía que en estos dos siglos –podría decirse- ha estado en el centro de la interpretación  política mundial. He luchado contra el dogmatismo, me resisto a ser seguidor de nadie, busco ser un crítico de todo dudando de manera permanente, pero admito que desde el año de  1959 me he ubicado dentro del pensamiento marxista porque –dada la realidad que he vivido- desde entonces es el que me ha convencido.

2. Cuando triunfó la revolución cubana en enero de 1959 y en México se desataba la brutal represión contra los obreros ferrocarrileros encabezados por Demetrio Vallejo, “abrí los ojos y la mente” estando en la ciudad de México con mis amigos de las “casas de estudiantes” del IPN. Fue entonces cuando alguien me convenció de que había que formar “círculos de estudios “marxistas-leninistas” que no entendía entonces lo que era, pero si aprendí una frase: “sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”. Dividí entonces mis estudios en dos: a) lo que enseña la escuela burguesa que sólo sirve para obtener certificados y títulos para conseguir trabajo y 2. Lo que enseña el marxismo que sirve para luchar contra el capitalismo.

3. Nunca estudié en serio en ninguna escuela o facultad porque sólo me interesaba polemizar con mis maestros puesto que siempre estuve contra sus interpretaciones y las escuelas me sirvieron para hacer propaganda política. La misma posición mantuve frente a los círculos marxistas y en la militancia política. A pesar de haber obtenido una licenciatura en Historia y un doctorado en Ciencias de la Información para garantizar mi trabajo salarial, la realidad es que tengo la convicción de que lo único que me sirvió en la mente es el autodidactismo del marxismo y sus interpretaciones, así como la experiencia de las luchas en las calles. Con esa convicción puedo afirmar categóricamente que la escuela capitalista sólo sirve para conseguir  trabajo.

4. La realidad es que el marxismo es la poderosa teoría de Marx tiene como base la economía que se encuentra esencialmente en el voluminoso libro en tomos de El Capital; pero además Marx cuenta con estudios filosóficos, históricos, políticos, muchos de ellos escritos como periodista investigador. Alrededor de sus trabajos y de su limitada participación política en Congresos, chocó con los anarquistas (Vacunan en particular) por las profundas diferencias que tuvieron acerca del papel del Estado, el partido y la “dictadura del proletariado”.  Ambos dirigentes y teóricos mantuvieron un respeto personal mutuo, pero en cuanto a las tareas revolucionarias sus diferencias contribuyeron o determinaron el rompimiento de la Primera Internacional.

5. Los anarquistas, obviamente no fueron marxistas aunque coincidían con éstos en la lucha contra el capitalismo. Pero en los últimos años de la vida de Marx, surgió lo que se llamó la Socialdemocracia llevando el pensamiento de Marx como bandera,  pero usando como estrategia política la lucha por reformas  dentro el capitalismo y no una revolución radical (de raíz) contra la sociedad explotadora y opresora. Engels – el más fiel compañero de Marx- falleció en 1895 y aún pudo polemizar con los socialdemócratas Bernstein, Kautsky y Bebel que mantenían posiciones pacifistas y reformistas. Estos socialdemócratas fueron confrontados por Rosa Luxemburgo, Lenin y toda una corriente de marxistas radicalizados a fines del siglo XIX.

6. Así surgieron otras interpretaciones del marxismo. En 1903 Lenin –el dirigente ruso- y Rosa Luxemburgo –la dirigente polaca/alemana- se confrontarían sobre dictadura y libertad. Lenin organizaba para Rusia un partido clandestino, centralizado y de militantes probados en la lucha, con una fuerte disciplina; mientras Rosa exigía para Alemania un partido abierto, de masas, democrático y acusaba a Lenin de “vigilante nocturno autoritario y antidemocrático”. Los dos se autocalificaban de marxistas, sin embargo mantenían diferencias de interpretación. La posición de Rosa era muy parecida a la de los mencheviques encabezados por el viejo Plejanov y Martov. Lenin triunfó al encabezar la revolución rusa en 1917 y Rosa fue asesinada en Alemania en 1918.

7. Luego Mao Tsetung, en 1849, en nombre del marxismo, encabezaría una gran revolución campesina en China creando con ello una nueva interpretando de la obra de Marx que decía que sólo la clase obrera podría encabezar una revolución anticapitalista. Mientras Kruschov, el primer ministro dela URSS, a fines de los años 50, interpretaba a Marx con planteamientos antiestalinistas, Mao (el presidente de China) para confrontarse con Kruschov, defendía la posición de Stalin. ¿Cómo interpretaban Trotsky y los trostkistas la confrontación chino/soviética de los años 60 y 70 si para ellos todo era antiestalinismo? Lo que puede verse es que no hay una o dos interpretaciones de Marx, sino muchas, quizá 200, igual al número de años de su nacimiento. (13/VIII/18)

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