viernes, 13 de julio de 2018

julio 13, 2018
MÉRIDA, Yucatán, 13 de julio.- De triste recuerdo en el PAN por sus múltiples virajes, considerados traiciones por más de uno, Felipe Duarte Ramírez abandonó al partido que lo hizo candidato a diputado local en 2010 (fue derrotado por su pésima campaña), regidor en 2012 y al cual le dejó de pagar sus cuotas por ingratitud, por lo cual no pudo aspirar a nada en 2015, para al final acabar persiguiendo como perrito faldero a Joaquín "Huacho" Díaz Mena, ex candidato de Morena a la gubernatura recientemente nombrado como uno de los súper delegados del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.


Duarte siguió a "Huacho" como un auténtico lamebotas y veleta junto con el poder de su "estructura" (dos despistados manipulables autodenominados "panistas de a pie") a ver si le tocaba un huesito una vez que Díaz recibiera, como se anticipaba, un nombramiento importante en el gobierno del tabasqueño.

Por supuesto, los "panistas de a pie", aborrecidos masivamente y abucheados por los mismos azules por el daño que intentaron hacer al partido, no recibirán ni las migajas. Si acaso Duarte les dará 100 o 200 pesitos al mes.

Falta ver si "Huacho" valora al tekaxeño, alias "El Profe", en su justa dimensión y el tamaño del hueso que le tocará, aunque se espera sea uno chiquito. Cabe mencionar que uno de los hijos de Duarte recientemente obtuvo una chambita en una dependencia del Gobierno del Estado, al parecer por gestiones de su papá.

Es de esperarse que la zalamería del ex regidor traidor al PAN, cuyo único logro como edil fue meter a la nómina municipal a una amiga cercana, sea recompensada, pues "Feli-pillo" no hace nada sin esperar algo a cambio y vendería su alma al diablo por un hueso.

Cabe recordar que el huesero de Duarte aprovechó colgarse de la creación del Salón de la Fama del Deporte Yucateco, iniciativa impulsada por destacados cronistas deportivos, para seguir bajando cocos figurando de alguna manera. (José Repetto)

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