miércoles, 11 de julio de 2018

julio 11, 2018
MOSCÚ, Rusia, 11 de julio de 2018.- Mandzukic, con un gol (2-1) en el minuto 109, hizo el milagro para Croacia. Los croatas, de nuevo remontando un 0-1 en tiempo reglamentario y de nuevo 'sufriendo' una prórroga, se metieron por primera vez en la final de un Mundial, superando ya el tercer puesto del 98. Heroico el esfuerzo físico que hicieron.

Un partido que tuvo tres fases: primer dominio claro de Inglaterra (y gol de Trippier en el 5'); letargo de ambos equipos (del 25' al 70'); y posterior dominio croata (con gol en el 68' y palo de Perisic). Las fuerzas estaban muy justas desde entonces.

El gol de Trippier venía a justificar una buena primera parte de los 'three lions', que se comían a los croatas con y sin balón. Trippier, un jugador de 'status' medio en la Premier al que Eriksen le deja tirar pocas faltas en el Tottenham. En esta semifinal, clavó, y con maestría, la primera que tuvo.

Mandzukic marca el segundo gol de Croacia ante Stones y Pickford. (Darko Bandic / AP)

El dominio inglés no se acababa ahí, y Kane, primero, y Lingard, después, pudieron ejecutar una ventaja que hubiera parecido imposible para una Croacia en la que Modric no llegaba y Rakitic tampoco le acompañaba. Eran los ecos del cansancio de dos prórrogas en octavos y cuartos, si bien los ingleses también fueron a una en octavos (Colombia).

Inglaterra basaba su dominio del partido, que no de la posesión, en una fuerza física superior, sin duda. Los ingleses fluían por encima. Casi todos los jugadores ingleses han estado en Rusia por encima de su rendimiento habitual, o al menos, el que dieron hasta ahora en la Premier: Trippier, Maguire, Pickford, Henderson, incluso Alli... Hay varias formas de ganar: una es que tus cracks estén a su altura (Francia); otra que, si no tienes apenas cracks, todo el equipo rinda por encima de lo mostrado hasta ahora ('England').

El partido entró en esa fase muerta desde el minuto 25 hasta el 70, sin nada que llevarse a la mesa, con Croacia cansada e Inglaterra cómoda en su superioridad física. Solo los balones parados animaban el cotarro. Y con este panorama, llegó el empate de Croacia (1-1), en un centro aprovechado por un enorme Perisic al límite del 'juego peligroso'. 1-1 y partido en punto muerto.

Lo que es el fútbol. Un gol, y todo cambió. Las piernas y el ánimo, que hizo que Croacia arrasara a su oponente en el siguiente cuarto de hora, incluido un palo, de nuevo de Perisic, que estuvo a punto de poner por delante a los balcánicos. Y tenía mérito lo de Croacia, porque Modric estaba desaparecido, y cansado, al igual que Rakitic. Estaban pero no ejercían. Eso sí, gran mérito el de ambos por su generosidad física. Pero Inglaterra había desaparecido de repente, y eso era buena noticia para Croacia.

Final, prórroga, cansancio, balón suelto, asistencia de Perisic, Mandzukic... y Croacia, un país de cuatro millones y medio de habitantes, estará en la final ante Francia. Cosas bonitas del fútbol, que no 'vuelve a casa' por ahora. (Juan Castro / Marca)

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