sábado, 9 de junio de 2018

junio 09, 2018
SAO PAULO, Brasil, 9 de junio de 2018.- Preso por corrupción desde abril, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sigue siendo el principal personaje de la política nacional a cuatro meses de las elecciones generales, el próximo octubre. Condenado a 12 años de prisión por corrupción y blanqueo de fondos, y con otros seis procesos judiciales en trámite, Lula sigue liderando los sondeos como favorito para ganar el pleito más importante, pese a ser considerado inelegible por la ley «ficha limpia», que determina quiénes pueden ser candidatos.

Foto de archivo de Luiz Inácio Lula da Silva.

El Partido de los Trabajadores, sin otro nombre destacado entre sus dirigentes, se aferra a su histórico líder sindicalista y al respaldo que le dan las encuestas, en medio de un escenario incierto en el que la mayoría de los candidatos se arrastran en los gráficos de las encuestas con tan solo un 1, un 2 o un 3% de las preferencias.

Lula y sus dirigentes también se acogen a los meandros de la difícil ley brasileña y a las posibilidades que se abren con la «ficha limpia», aprobada en 2010 durante el Gobierno del PT, que se pone a prueba en esta elección. Según la nueva norma, el condenado no se vuelve automáticamente inelegible, sino que necesita también que el Tribunal Superior Electoral (TSE) rechace la candidatura, lo que aún no ha ocurrido en el caso de Lula.

Obstinado, el propio Lula dictó desde su celda una carta que iba a ser leída ayer durante el lanzamiento de su candidatura en la ciudad de Contagem, en Minas Gerais, que entregó a su exministro y exgobernador de Bahía Jacques Wagner, uno de los que se apuntaban para sustituirlo en el caso de que se confirme la inteligibilidad de Lula. Según Wagner, tan impopular como buena parte de los demás presidenciables, Lula quiere un candidato a vicepresidente de otro partido y avisó que está escribiendo su plan de Gobierno desde la cárcel, estudiando principalmente, temas de seguridad pública.

Para la ceremonia de lanzamiento de la candidatura, el PT preparó un vídeo de campaña proponiendo el rescate de la felicidad brasileña con Lula, tras lo que el partido llama caos económico y social promovido por el actual presidente, Michel Temer. En la carta, Lula afirma que quiere ser presidente nuevamente y acabar con el sufrimiento del pueblo brasileño.

Según el gobernador de Piauí, Wellington Dias, que también estuvo con Lula, el expresidente estaba bien y es «candidatísimo». «Es un hecho. Cobrará sus derechos de precandidato apenas se oficialice su candidatura en el evento», declaró el político. Dias contó, además, que Lula hace ejercicios e su celda, lee mucho y cuida su salud.

Bolsonaro, en segundo lugar

Pese a su situación jurídica, el PT insiste en defender su inocencia, apoyado en su liderazgo con un 30% de las preferencias y en el fuerte rechazo al segundo colocado, el polémico exmilitar de ultraderecha Jair Bolsonaro, que se ha estancado en el 20%, pero pasa al primer lugar y supera de lejos a un pelotón de candidatos débiles.

Los únicos aspirantes que pasan de dos dígitos, detrás de Bolsonaro, son la ambientalista Marina Silva, que en las últimas dos elecciones se desinfló antes de la segunda vuelta, y el exministro de economía de Lula, Ciro Gomes, que se presenta por el Partido Democrático Laborista (PDT), y bordea el 10%. Otro nombre que puede levantarse ante la falta de posibilidades es el del expresidente del Banco Central de Lula y exministro de economía de Temer, Henrique Meirelles, el favorito del mercado, que está llegando al 5%. (Verónica Goyzueta / ABC)

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