martes, 10 de abril de 2018

abril 10, 2018
Edith Gómez / 10-IV-18

¿Podría Corea del Norte sumarse a la lista de países con ICO? Las ICO u Ofertas Iniciales de Monedas definitivamente dan mucho de qué hablar y en que pensar, pues han demostrado su efectividad como motor para el financiamiento de nuevos emprendimientos en todos los ámbitos.

Esto se ha hecho posible gracias a la revolución financiera del siglo XXI con el surgimiento y masificación del uso de las criptomonedas y la tecnología Blockchain, abarcando cada día más espacios dentro del mundo real.

Una de las más recientes aplicaciones, ha sido su uso en procura de solucionar los problemas de los estados y sus gobiernos, llevando a una escala ampliada, la experiencia de las startup o empresas emergentes que han confiado en las ICOs para expandirse.


El caso más emblemático es el de Venezuela, país sudamericano que decidió dar el primer paso, en la creación de una criptomoneda denominada como "Petro", la cual pretende rescatar la fracasada economía nacional, ante la hiperinflación que afecta a sus ciudadanos.

La ICO del Petro resultó ser muy exitosa, debido a que el Gobierno de Nicolás Maduro ofreció a los inversores del planeta entero, un yacimiento petrolífero como garantía para brindar un respaldo material, para elevar el valor de la nueva divisa digital.

A partir de allí muchos otros gobiernos han decido optar por esta poderosa herramienta para tratar de obtener recursos que les permitan el desarrollo de proyectos en sus países a través de las criptodivisas.

Rusia parece ser la más grandes de las potencias interesadas en emular a Venezuela con la creación de su propia criptomoneda, sin embargo han sido muy cautelosos, caso contrario ha sido China que hace mucho decidió cerrarles su puertas.

Otros países mucho más pequeños en cuanto a espacio geográfico y capacidad económica, si han visto una gran oportunidad en la criptoeconomía, lanzando sus propias ICO para financiar sus proyectos, tal es el caso de las Islas Marshall y Antigua & Barbuda.

Pero así como ciertamente es muy positiva su aplicación en el desarrollo de nuevas tecnologías, la pregunta es, ¿qué pasaría si los malos intentaran poner esta poderosa herramienta de su lado?

Por ejemplo, podríamos llegar a imaginar qué pasaría si un país como Corea del Norte lanzara al mercado una oferta inicial de monedas.

Intentar responder a esta incógnita resulta escalofriante, pues como es bien sabido, este país asiático es gobernado por una dinastía de siete décadas, caracterizada por una política aislacionista, corrupta y que aplica mano de hierro contra sus ciudadanos para mantener el poder.

Se pudiera llegar a establecer un paralelismo entre aquellas naciones que buscan el crecimiento a través de las ICO, y uno como Corea del Norte que ha demostrado su obsesión por el desarrollo militar y especialmente nuclear, aun a expensas del empobrecimiento de su pueblo.

Cabe destacar que este es un mero ejercicio imaginativo, basado en las informaciones que se conocen del accionar del gobierno de Corea del Norte.

Pudiéramos imaginar que de darse el caso de que un país con tan mala reputación se atreviera a emitir su Oferta Inicial de Moneda, los inversores tendrían muchas más dudas que certezas, antes de animarse a invertir sus capitales, puesto que el riesgo sería muy alto.

Los riesgos pueden ir desde convertirse en financista de un estado terrorista, hasta hacerse un promotor del desarrollo nuclear belicista de ese país. Es decir, las mismas sanciones que históricamente acumula su gobierno, pueden ser aplicadas a quienes osen apoyar a Kim Jong-un.

Ante tal escenario de riesgos, una eventual ICO no pudiera representar el atractivo suficiente para que cualquier particular o empresa decida poner su dinero en juego, pues serian muy pocas las posibilidades de obtener ganancias e incluso de recuperar la inversión.

Ahora, ¿qué pasaría si por ejemplo "el eje del mal" y sus aliados decidieran respaldar al gobierno de Corea del Norte por esta vía? Esto cambiaría un poco las cosas, porque si bien las ICOs son una forma democrática para aportar recursos, también se caracterizan por su anonimato.

Es decir, sería discrecional por parte del promotor de la ICO, la aplicación de medidas regulatorias para evitar que manos inescrupulosas se vean involucradas en el proyecto. Pudiera aplicarse una "lista negra" en lugar de las conocidas lista blancas utilizadas para filtrar a los potenciales inversores.

Sin embargo Corea del Norte tendría mucho mas en contra que otros países en caso de una ICO, pues por ejemplo el atractivo de la oferta venezolana no radica precisamente en la confianza existente en su gobierno, sino en poseer incalculables reservas energéticas y minerales.

En el caso de la nación asiática, no existen tantas potencialidades (al menos hasta donde se sepa) pero mucho menos hay confianza en su gobierno, por lo que aquellos que se pudieran a atrever a "invertir", tendrían en sus espaldas la probabilidad de ser timados en su buena fe.

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