viernes, 6 de abril de 2018

abril 06, 2018
FRONTERA ENTRE ISRAEL Y GAZA, 6 de abril de 2018.- Bajo una espectacular nube negra de humo, provocada por miles de neumáticos quemados por manifestantes palestinos ante la frontera con Israel, el segundo viernes de la llamada "Marcha del Retorno" ha dejado al menos cuatro palestinos muertos -entre ellos un adolescente de 14 años- y 700 heridos, según informaron las autoridades sanitarias de Gaza. Tras 21 palestinos muertos en la última semana por disparos de los soldados israelíes (en su gran mayoría durante la jornada del 30 de marzo), la frontera ha vuelto a ser escenario de choques elevando la posibilidad de una escalada entre Israel y el grupo islamista Hamas que controla la franja palestina desde el 2007.

Palestinos queman una bandera israelí. (AFP)

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Ante las críticas de "uso desproporcionado de fuerza" vertidas a raíz del pasado viernes por parte de ONG palestinas, israelíes e internacionales, Israel asegura que su ejército ampliamente desplegado en la frontera actúa "para evitar infiltraciones y ataques contra la valla fronteriza y los soldados que protegen a nuestros ciudadanos en este acto de terror y provocación de Hamas". Los portavoces militares aseguran que usan material antidisturbios en general y fuego real "contra los principales instigadores entre miles de personas", destacan que la mayoría de muertos en la última semana "son terroristas con antecedentes documentados de terrorismo" y resaltan el anuncio de las facciones reconociendo bajas de sus efectivos.

Hamas, por su parte, replica que murieron "desarmados en manifestaciones pacíficas". Al igual que la Liga Árabe, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la OLP, el comité organizador de la "Marcha del Retorno" acusa a las tropas israelíes de "disparar indiscriminadamente contra civiles" y exige que "los crímenes de la ocupación sean investigados y castigados".

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"Viernes de Fuego". El "Viernes del Neumático", en el que los palestinos anunciaron la masiva quema de ruedas para "torpedear la acción de los francotiradores israelíes" y como símbolo de la "asfixia de Gaza", caracteriza la segunda de las seis semanas de protestas que culminarán el 15 de mayo con la jornada de Nakba (Catástrofe). La reivindicación del derecho de retorno de los refugiados en alusión a los 700.000 palestinos que fueron expulsados o huyeron con la creación del Estado judío y la guerra con varios ejércitos árabes en 1948.

El ejército ha empleado hoy mangueras en diversos puntos de la frontera dominada por una enorme humareda y olor a quemado. El oficial encargado de los asuntos civiles en los territorios palestinos, Yoav Mordejai, envió una misiva a la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertando del "enorme daño ambiental que puede suponer para Gaza y la zona el plan del grupo terrorista Hamas de quemar 10.000 neumáticos".

"El pasado viernes, nos paramos en la frontera pero la próxima vez no sabemos dónde estará el límite", había avisado el líder islamista Ismail Haniyah mientras el otro hombre fuerte de Hamas, Yahiha Sinwar citó dos factores como motor de las protestas: los refugiados y la crisis económica de un territorio en el que el desempleo supera el 40% y más de la mitad de los dos millones de habitantes subsiste de la ayuda internacional. "Los desempleados de la bloqueada Gaza han encontrado trabajo en vuestra frontera. La Marcha del Retorno continuará hasta que eliminemos la actual frontera y vuelvan a las tierras donde fueron expulsados hace 70 años", declaró.


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Hamas había pedido a los gazatíes que protestaran "de forma pacífica" y siguieran las instrucciones de sus efectivos desplegados en cinco puntos a escasos metros de la frontera.

El grupo islamista anunció este jueves que entregará 3.000 dólares a cada familia de un muerto en la frontera; 500 dólares de indemnización si se trata de un herido grave y 200 si las heridas son moderadas. "No tenemos intención de permitir estos hechos cada semana. Responderemos dentro de Gaza a cada intento de cometer ataques en la frontera", dijo el portavoz militar Ronen Manelis en una amenaza a cabecillas y bases de Hamas.

El ejército señaló que investigará la actuación de sus soldados el pasado 30 de marzo pese a que el secretario general de la ONU Antonio Guterres, había pedido una investigación "independiente".

Campaña de desobediencia

La ONG israelí BTselem lanzó una campaña para pedir a los uniformados "desobedecer las órdenes ilegales de disparar a manifestantes desarmados excepto sólo en situaciones de peligro tangente e inmediato de sus vidas".

"BTselem defiende a los terroristas que intentan penetrar y atentar aquí y crítica a los soldados que permiten que podamos vivir con seguridad en el sur de Israel", dice el israelí Gadi a EL MUNDO mientras se acerca el humo de los neumáticos quemados en la vecina palestina Beit Janun.

En conversación telefónica desde el otro lado de la frontera, el palestino Hussein culpa también a Hamas aunque aclara: "Israel es el principal responsable ya que todo depende de la actuación de los soldados ante los manifestantes en la frontera. Además, no pueden exigir nada a los habitantes de Gaza que vivimos sin futuro ni presente".


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A primera hora de la tarde, el ejército señaló que el número de participantes fue muy inferior al de hace una semana y denunció "varios intentos de atentados, inflitraciones y lanzamiento de artefactos explosivos en la verja frtoneriza aprovechando el espeso humo".

De momento, no hay frutos de la discreta mediación de Egipto entre ambas partes. Ni tampoco entre Hamas y el presidente de la ANP, Abu Mazen, para rescatar el acuerdo de reconciliación interno anunciado en octubre. Ante la negativa de los integristas a desmantelar su arsenal y aparato de seguridad en Gaza, Abu Mazen no acepta recuperar el control de ese territorio.

En los discursos palestinos hay muchas referencias críticas al llamado "acuerdo del siglo". Es decir, el plan anunciado hace meses por el presidente Donald Trump que, según filtraciones, ignora sus demandas en lo que respecta a los refugiados o la evacuación de colonias en el territorio cisjordano ocupado en la guerra del 67. El traslado de la embajada a Jerusalén, previsto para el 14 de mayo, podría estar acompañado por violentas protestas. Al día siguiente es la Jornada de Nakba. (Sal Emergui / El Mundo)

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