lunes, 16 de abril de 2018

abril 16, 2018
BERLÍN, Alemania, 16 de abril de 2018.- Los tesoros enterrados en islas remotas existen. A sus 13 años, Luca Malaschnichenko lo ha podido comprobar con sus propias manos. Junto a un aficionado a la arqueología han dado con el hallazgo de su vida, un tesoro de monedas de plata, perlas, collares, broches y hasta un martillo de Thor, de finales del siglo X. Ha ocurrido en Rügen, una isla del norte de Alemania, bañada por el mar Báltico, según confirma a este diario Detlef Jantzen, el arqueólogo jefe del Land de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

El arqueólogo amateur Rene Schoen (i) y el joven estudiante de 13 Luca Malaschnichenko con un detector de metal en Shaprode, el 13 de abril 2018. (AFP)

Semejante hallazgo sucedió en enero, en un terreno agrícola, cerca de la aldea de Schaprode y ahora sale a la luz. Luca, el joven estudiante dio con el botín cuando rastreaba con un detector de metales junto a René Schön, un voluntario de un programa de arqueología local. El detector indicó que allí había algo. Lograron sacar unos fragmentos de monedas de la tierra y en seguida intuyeron que aquello no era chatarra. Habían dado con la mayor colección de monedas de la orilla sur del Báltico de la época del rey Harald Blatand, que en inglés se tradujo como Bluetooth (diente azul), nombre que eligió un ingeniero de Intel, que estaba leyendo un libro sobre vikingos, al sistema de conexión inalámbrica. “Es un tesoro excepcional”, explica por teléfono el arqueólogo Jantzen. “Es la primera vez que damos con un hallazgo de esa época tan grande y de tanta calidad en el sur del Báltico”.

Monedas. (AFP)

Jantzen y su equipo en seguida comprendieron que había que planear una excavación. Desde entonces, han pasado casi tres meses en los que ha habido que esperar a que el tiempo mejorara, a reunir a un equipo suficiente de voluntarios para excavar y a regularizar los permisos con el dueño del terreno agrícola donde se encontró el tesoro. “Hemos tenido que mantener los planes en secreto durante todo este tiempo para evitar que vinieran los ladrones”, explica Jantzen.

Piezas pertenecientes al rey danés Harald Bluetooth.

Por fin, este fin de semana pasado excavaron el botín y desenterraron centenares de piezas de la época del rey Harald, el vikingo que se convirtió al cristianismo y lo introdujo en Dinamarca, cuyo imperio fundó. Los arqueólogos tienen la certeza de que se trata de un tesoro de Harald Bluetooth  diente azul por las inscripciones de las monedas y porque la fecha coincide con la huida del rey a Mecklemburgo-Pomerania, tras perder una batalla contra su hijo. Se cree que el rey vikingo enterró este y otros tesoros en su huida. Ya en 1873, en la cercana isla de Hiddensee, también en el Báltico fue descubierto un gran lote de objetos de oro, pertenecientes también a la familia Harald.

La finura de los labrados de las joyas encontradas lleva a concluir a los arqueólogos que se trata de un trabajo propio de orfebres de la corte. “La gente que era capaz de hacer esos trabajos tan finos normalmente estaban situados en el entorno del rey”, explica el jefe de los arqueólogos locales. En el lote hay también una joya del año 714. Se trata de un dirham de Damasco convertido en joya. Ahora, arranca la fase de investigación de las piezas, que Jantzen aún no sabe dónde acabarán expuestas.

El rey Harald murió en el año 986 en el norte de Europa, dejando además de un tesoro enterrado, un legado muy particular que ha llegado hasta nuestro días: la tecnología bluetooth (diente azul), bautizada así en su honor. (Ana Carbajosa / El País)

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