lunes, 26 de febrero de 2018

febrero 26, 2018
Pedro Echeverría V.

1. Hace 96 años (en 1922) fue fundada la Universidad de Yucatán siendo gobernador “socialista” Felipe Carrillo Puerto. Sin embargo su real impulsor y creador –junto a otras dos universidades (del Norte y Centro) fue el secretario de Educación Pública José Vasconcelos. Nuestra universidad, de la que fui alumno preparatoriano a fines de los 50. Investigador de CIR Hideyo Noguchi en 1979-81, profesor-investigador de 1985 a 2002 en la facultad de Arquitectura, así como participante activo de los dos sindicatos (el de maestros y trabajadores) y estudioso de la Universidad, puedo demostrar con suficiencia, que nunca fue socialista ni de izquierda y que la participación de sus maestros y estudiantes en 96 años de vida, en las luchas sociales, ha sido de casi nula.

Edificio central de la UADY. (Foto Reporte Yucatán)
2. Pienso que todas las universidades del país -por los programas de sus escuelas, facultades e institutos- se parecen más a institutos técnicos de educación superior; es decir, todas carecen de filosofía con objetivos orientados hacia el pensamiento social y colectivo. No existe idea alguna que saque a estudiantes y maestros de su espacio técnico profesional; algo con el objetivo de obtener un panorama general del contexto en que se mueve. El médico sólo aprende a curar enfermedades, el abogado a defender a su cliente y el ingeniero a construir obra; jamás se preguntan por qué lo hacen, cuáles son los beneficios a la humanidad y que relaciones existen entre su profesión y otras. A cada profesionista se le enseña el individualismo más recalcitrante.

3. Los discursos en cada aniversario de la Universidad de Yucatán son como los del PRI: todo está bien, halagos al socialismo de Carrillo el fundador, ensalzamiento a las grandes tareas de la Universidad, hacerla aparecer como  el segundo o tercero de los centros de educación superior por la inteligencia y el trabajo de la comunidad, etcétera. Nunca se reconocerá que es una Universidad más –como en todo México- para privilegiados, que está absolutamente aislada de los problemas sociales, que su militancia es plenamente capitalista y que toda la formación sólida y sobresaliente se obtiene fuera de las universidades. ¿Son las universidades instituciones para obtener licenciaturas o licencias, documentos para tener derechos para ejercer un empleo?

4. Estaba mirando una declaración oficial: “La oferta educativa del ciclo escolar 2017-2018 se compone de 110 programas educativos, de los cuales tres son del tipo medio superior y 107 de superior (45 licenciaturas y 62 posgrados) Al inicio del ciclo escolar 2017-2018, se contaba con 26,059 estudiantes de los tres niveles, de los cuales 9,143 corresponden al bachillerato, 15,430 a la licenciatura y 1,486 al posgrado. Esto representó un incremento del 12% en la matrícula con respecto al periodo 2014-2017, pues anteriormente eran 23,319 matriculados. Otro logro durante el último año –se informa- fue la ampliación en la oferta educativa del posgrado: la Maestría en Ingeniería de Operaciones Estratégicas y la Especialización en Medicina y Cirugía de Perros y Gatos. (No olvidar el papel dominante de rectores veterinarios en los últimos 20 años)

5. En Yucatán, según INEGI 2015 (intercensal), de cada 100 personas de 15 años y más

6.7 no tienen ningún grado de escolaridad, o sea, es analfabeta

55.0 tienen la educación básica terminada.

19.9 finalizaron la educación media superior.

18.2 concluyeron la educación superior.

0.2 no especificado.

A nivel nacional, la población de 15 años y más tiene 9.2 grados de escolaridad en promedio, lo que significa un poco más de la secundaria concluida. Yucatán alcanza los 8 grados, es decir, se sitúa debajo del promedio en 2015. ¿Cuántos de estos jóvenes están inscritos en la UADY?

6. México es de los países que en educación mundial, ocupa los últimos lugares; esto reconocido por estadísticas mundiales y la OCDE al ocupar los lugares más atrasados en todos los niveles. Yucatán no es una excepción pues está al nivel y marcha al ritmo de todas las universidades del país. No tiene de qué presumir; al contrario debe revisar con responsabilidad su papel como máximo centro de estudios en el estado. Al contrario de brincar de falsas alegrías debe organizarse y luchar por una filosofía que la lleve –por primera vez- a batallar por sus derechos y junto a ellos los de la población. (26/II/18)

http://pedroeecheverriav.wordpress.com

alterar26@gmail.com

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