Eduardo Ibarra Aguirre / 11-XII-17
El “llamado” de Enrique Peña Nieto “al Senado de la República a ampliar los espacios de diálogo y acercamiento con las distintas organizaciones de la sociedad civil para escuchar todas las voces y enriquecer lo que resuelva sobre la Ley de Seguridad Interior”, fue demasiado oportuno porque mientras él lo hacía desde Los Pinos durante la entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos, en el Senado todavía actuaban de manera opuesta los “pastores” del Revolucionario que ultimaban detalles y citaban para el lunes 11, a las 12 horas, a los miembros de las comisiones de Defensa Nacional, Gobernación, Marina y Estudios Legislativos Segunda “para dictaminarla de manera exprés y llevarla a votación al pleno el martes”, de acuerdo al testimonio de Luis Sánchez.
A renglón seguido, la presidenta de la Comisión de Gobernación, Cristina Díaz Salazar, “instruyó a los integrantes de las cuatro comisiones dictaminadoras y a los coordinadores parlamentarios de la decisión de posponer la reunión, luego que ayer, el presidente Enrique Peña Nieto instruyera (sic que cree en la autonomía de los tres poderes) al Senado a ampliar el diálogo con la sociedad civil para discutir dicho dictamen” (Excélsior, resumen nocturno, 9-XII-17). El redactor no se equivocó, sino que el consorcio de Olegario Vázquez Raña e hijo apuestan siempre por las decisiones presidenciales, en este caso la militarización de la seguridad pública y de México.